Año: 2016
Editorial: Maclein y Parker
Género: Relatos
Valoración: Recomendable
Finalista de los Premios Guillermo de Baskerville 2016, categoría Libro de relatos
Hay libros que llegan sin hacer ruido, sin cornetas y tambores que anuncien su aparición. Llegan así, de repente. Una idea prende la llama y el escritor se pone a trabajar, dispuesto a que su obra sea leída y disfrutada. El lector la recibe sin demasiadas expectativas, pero unas pocas páginas bastan para comprender que no va a olvidarla fácilmente.
Uno de esos libros es el que me dispongo a comentar a continuación. Escribo esta reseña con el regusto agridulce que deja su último relato en la mente y, sobre todo, esa frase final incluida por los editores a modo de colofón, despedida y cierre: Vivíamos como lobos solitarios. El pitido inicial reunía a la manada. Más adelante volveré a ella.
Hace algunas semanas tuve la oportunidad de acudir a la presentación de Once goles y la vida mientras en FNAC Sevilla. Llegué un poco antes de la hora y pude saludar a Cecilia, editora de Maclein y Parker, y conocer al autor, Pablo Santiago Chiquero. Aproveché para conversar unos minutos con él y conocer de primera mano el proceso de gestación del libro. En ese momento solo había leído el primero de los relatos, pero ya intuía qué podía ofrecer el resto de la antología. Hemingway y sus obras dedicadas a los toros y la pesca prendieron esa llama de la que hablaba al comienzo, y en apenas mes y medio logró escribir los once relatos. Tras un cuidado proceso de corrección y edición, Once goles y la vida mientras salió a la venta a principios de junio.
La presentación contó con todos los ingredientes necesarios: Antonio Abad, editor de Maclein y Parker, se presentó con una careta de Éric Cantona y una bufanda del Manchester United, para regocijo de los presentes. El maestro de ceremonias, el escritor uruguayo Joaquín DHoldan, asumió el protagonismo y dirigió la presentación con acierto, aportando sus conocimientos sobre el tema y haciendo gala de un fino sentido del humor. Pablo Santiago, por su parte, habló del proceso de creación del libro y respondió a las preguntas de los asistentes. Autor y editor coincidieron en resaltar las virtudes del libro y resaltaron la buena labor de edición que está realizando Maclein y Parker desde sus inicios. Todo ello aderezado con los vídeos de algunos de los goles que han servido al autor para armar las historias que podemos leer en el libro.
Once goles y la vida mientras contiene once relatos y en todos ellos un gol sirve de excusa al autor para escribir sobre la vida. Ese es uno de los grandes logros de Pablo Santiago; los protagonistas de los relatos son personas como tú y como yo, con los mismos problemas, anhelos y vivencias que podemos tener cualquiera de nosotros. Insisto: el fútbol es la excusa. Estos relatos gustarán por igual a aficionados al balompié y a los que no lo son.
Aunque la calidad de los once relatos es en general bastante alta, hay algunos que merecen una mención especial.
En el primero de ellos, Un buen gol no se puede contar, un solitario jubilado tiene serios problemas para sintonizar los canales de televisión (entonces solo había dos). Esto le impide ver en directo el gol de Butragueño al Cádiz que al día siguiente todos le quieren contar. En este caso, el gol del Buitre sirve de punto de partida para narrar el día a día de José y su problema con un molesto invitado que altera la paz de su cortijo.
No podía faltar en esta antología la mano de Dios, el gol de Maradona a Inglaterra en la Semifinal del Mundial de México 1986. El autor plantea con pericia un símil con la Guerra de las Malvinas que enfrentó a argentinos e ingleses en 1982, a través de un veterano de la contienda, protagonista del relato titulado El dios de las Malvinas.
Una de las historias mejor conseguidas es, en mi opinión, la de Un cañonero en prisión. El gol de Ronald Koeman ante la Sampdoria italiana en la Final de la Copa de Europa de 1992 encuentra su reflejo en los disparos que efectúa en el patio de la cárcel Ricardo, el Koeman. El autor consigue plasmar el drama de la privación de libertad y la pérdida de la esperanza del protagonista por alcanzar un futuro mejor.
Otro de los grandes logros de la antología es Treinta vacas, un gol, noventa años, la historia de una reunión familiar muy especial donde tienen cabida risas y lágrimas, comedia y tragedia, con la Final del Mundial de Sudáfrica 2010 como telón de fondo.
Juan el Malta, o Juan Señor, recorre las calles de Sevilla rememorando en voz alta los goles del 12-1 de España a Malta en ¡Gol de Señor, gol de Señor! Mateo es un joven que solo juega bien al fútbol cuando se sabe observado por Clarita, en El justo valor de un gol.
En Un gol para la eternidad, una habitación de hotel es testigo del curioso diálogo sobre fútbol que mantienen un hombre de negocios y un fantasma, mientras ven por televisión el famoso gol de Zinedine Zidane al Leverkusen. ¿Hay fútbol en el cielo?
Un pub londinense, un grupo de amigos viendo por televisión la Final de la Champions League de 2005 entre el Liverpool y el Milan y el propietario del local son los protagonistas de La profecía del gordo Phil. Un relato en el que Pablo Santiago logra crear una ambientación que mete de lleno al lector en uno de esos típicos pubs ingleses donde todo puede pasar al calor de unas pintas de cerveza.
También hay lugar para la denuncia. En El jugador, el protagonista es un ludópata que no duda en cometer un delito para poder seguir apostando y alimentando su enfermedad.
La antología se cierra con el relato Los ídolos nunca mueren, en el que el joven Dany se siente contrariado por la actitud de su adorado Éric Cantona, capaz de lo mejor y de lo peor sobre un terreno de juego. Dany recibe un consejo de su padre que jamás olvidará.
Once goles. Once relatos. Once excusas para contar historias que emocionan, en las que tienen cabida la soledad, el paso del tiempo, la guerra, las relaciones familiares y los problemas del día a día historias en las que todos podemos vernos reflejados.
Me gustaría destacar la edición de Maclein y Parker, muy cuidada, con una gran portada de Paqui Timoneda y algunos añadidos que aumentan la calidad del conjunto. Cada relato es precedido de una cita, algunas de ellas impagables (mis preferidas son las de George Best, Alfredo Di Stéfano y Bill Shankly), y en la última página aparece la frase que cité al comienzo de la reseña: Vivíamos como lobos solitarios. El pitido inicial reunía a la manada. Durante la presentación del libro, Antonio Abad explicó que cuando era pequeño eran muchos en casa y cada uno ocupaba un rincón de la misma. Cuando daba comienzo un partido importante, el pitido inicial hacía que todos salieran de su cueva y se reunieran en torno a la televisión, incluso los que no eran aficionados al fútbol. Estoy seguro de que a muchos nos suena esa escena…
Pablo Santiago Chiquero es periodista y ha trabajado en el mundo editorial y como guionista de televisión. Después de publicar en 2011 Historias del Guadalquivir, Once goles y la vida mientras es su debut en la ficción. Un libro altamente recomendable que sigue la estela de otros como El fútbol a sol y sombra de Eduardo Galeano, Salvajes y sentimentales de Javier Marías o Fiebre en las gradas de Nick Hornby, y que vuelve a demostrar que el fútbol no está reñido con la buena literatura, siempre que haya un buen escritor dispuesto a ponerse manos a la obra.