Año: 2015
Editorial: El Transbordador
Género: Relatos
Valoración: Recomendable
Supermalia es el segundo libro de relatos consecutivo que reseño en Libros Prohibidos. El anterior, La luna de Armstrong y Kubrick, llevaba la firma de un solo autor; en esta ocasión son dieciséis los responsables de otros tantos relatos, coordinados por Montiel de Arnáiz.
Es difícil encontrar uniformidad en una antología en la que participan tantos escritores, y he de reconocer que mis expectativas al abrir el libro no eran muchas. Del mismo modo, he de afirmar que en esta ocasión mis temores eran infundados.
El prólogo de José Luis G. Gómez sirve de espléndida introducción a una antología que tiene como eje central el mundo de los superhéroes. No obstante, estamos ante unos personajes muy especiales, la mayoría muy humanos y con unos peculiares superpoderes.
Como en cualquier libro de relatos, hay narraciones a las que creo que les hubiera hecho falta un proceso de pulido del que carecen, pero la mayoría de las ideas son originales y han sabido plasmarlas negro sobre blanco con acierto.
La Biografía no autorizada de Álex Puerta nos presenta a Martín Ballesteros de la Vega, personaje que posee la curiosa habilidad de reescribir la Historia a su antojo. Su némesis no es otra que su propio hermano, Pablo. El superhéroe a la vista de todos es un impostor y su hermano trata de desenmascararlo. Buen relato del que me quedo con un pasaje muy bien hilado, con el Quijote como protagonista.
El segundo relato de la antología me ha impactado por una razón personal. Tinnitus, de Miguel Córdoba, es la historia de Hazehead, un superhéroe que sufre una enfermedad muy humana: padece de acúfenos. Córdoba plasma con precisión la derrota de todo un superhéroe a manos de un supervillano que se aloja en su propia cabeza.
Hazehead tenía la esperanza de que aquel sonido que se había instalado de repente en el interior de su cabeza fuese algo pasajero; jamás imaginó que lo acompañaría ya para siempre. Una vida sin silencio no era fácil de llevar.
Ignoro si el autor padece de acúfenos, pero yo los tengo y puedo afirmar que ha sabido plasmar con precisión la angustia que supone saber que jamás volveremos a disfrutar del silencio.
Rubén Giráldez es el autor de Simetría necesita héroes. El Vengador Nocturno recorre las calles de Simetría, el Disneyland del narcotráfico, tratando de impartir justicia y convertir el lugar donde le ha tocado vivir en un lugar mejor. Poco a poco comprende que Simetría no va a ponérselo tan fácil y debe tomar una importante decisión.
Uno de los relatos que más me ha gustado del libro es Dulces sueños, de Jesús Carrasco. Las visitas de Hipnosis, el superhéroe de los sueños, al pequeño Martín marcan su vida. La pérdida de su padre, las escenas en el parque y en el hospital donde trabaja su madre y el Martín adulto, creador de SuperHypnos, dan paso a un final emotivo y consistente que cierra el círculo y da sentido a todo. Una buena historia, muy bien resuelta por el autor.
Héroe por un día, de Montiel de Arnáiz, me ha arrancado una sonrisa durante su lectura. Es un relato de apenas seis páginas con un protagonista muy especial: un hombre entrado en años, con los achaques propios de su edad, insomne, que utiliza una férula de descarga para tratar de descansar, pero al que le llega la oportunidad de ser, como el título del relato indica, héroe por un día. El protagonista del relato es un personaje conocido para los amantes de los cómics, y hasta aquí puedo leer.
Otro de los relatos más destacados de Supermalia, en mi opinión, es el titulado La vieja escuela, de Marc Sabaté. Un joven mensajero lleva un paquete a un extraño anciano, habitante de una casa que se cuenta que está maldita. Una tensa conversación inicial concluye con la invitación del anciano al joven; este no puede contener su curiosidad y entra en la mansión. Allí descubre algo sorprendente que cambia su vida para siempre y da paso a una nueva generación de superhéroes.
Postdata, obra de M. Floser, es un relato inquietante. Alguien recibe una carta y en ella se presenta Sombra, un sociópata asesino que afirma aborrecer a la humanidad y desear su extinción. El receptor de la carta tiene visos de ser su siguiente víctima…
Del resto de relatos que componen la antología me gustaría destacar Superhéroe de sillón, de Edu Ortega, una original historia en la que el protagonista, con la ayuda de El Cazador de Sueños, debe explorar el alma de un cani; Un trabajo bien hecho, de Israel Alonso, donde El Hombre Recto se vale de las últimas tecnologías para alcanzar sus objetivos; Supercanalla, de Déborah F. Muñoz, donde el periodista encargado de la sección de Chocogirl descubre que no es oro todo lo que reluce en torno a la citada superheroína; la venganza de Sentencia contra Galioto para impartir justicia en Castigo ejemplar, de Rafael González; el muy logrado Bai Hu, con el que Jordi Armengol nos lleva hasta el Barrio Chino para hacernos partícipes de la terrible lucha entre Tigre y Dragón, Bai Hu y Lóngwáng; o el que cierra la antología, el kafkiano relato de Tony Jiménez titulado Cómo ser un superhéroe.
En el último apartado del libro se incluyen ilustraciones de Cecilia G.F., Jordi Armengol, Juan Carlos Rivas, Marco Gómez y María Delgado sobre cada uno de los relatos. Un buen broche final a Supermalia, un libro que recomiendo no solo a los amantes de los cómics, sino a cualquier lector dispuesto a pasar un buen rato con las aventuras de unos superhéroes muy especiales y, por encima de todo, muy humanos, con sus virtudes pero también con sus miserias a flor de piel.