Año: 2020
Editorial: Eolas
Coordinación: Ana Abello Verano y Raquel de la Varga Llamazares
Género: Antología de relatos (fantasía y terror)
Descubrí a Emilia Pardo Bazán hace unos años, cuando llegó a mis manos uno de sus relatos de fantasía. La condesa, cuya única mención en los libros de texto la relacionaba con la corriente naturalista, también había dedicado parte de su obra al género fantástico. Gracias a ello me aventuré a rascar un poco más en su biografía y me encontré con una mujer fascinante, feminista, pasional, que jugaba con los narradores, con lo ambiguo. Más adelante llegaría la inclusión de uno de sus relatos en Distópicas y poshumanas y, ya de manera más reciente, una recuperación paulatina de su obra más cercana a lo fantástico. Entre esa recuperación se encuentra Cuentos fantásticos, publicada por el sello Eolas dentro de su colección «Las puertas de lo posible».
Lo fantástico y lo ambiguo
Cuentos fantásticos es una recopilación de una veintena de relatos publicada por Eolas Ediciones bajo la selección de Ana Abello y Raquel de la Varga. Ambas explican con detalle el por qué de esta colección y lo que podemos encontrar dentro. Sin duda, una excelente introducción al mundo pardobazaniano de lo fantástico, donde lo hagiográfico se combina con la ambigüedad, la superstición, la locura, la leyenda.
Aunque debo decir que mis historias favoritas han sido las que más contenido fantástico albergaban, no por ello el resto dejan de tener interés. Pardo Bazán escogía con acierto los narradores y la parte de la historia que presentaba. De hecho, la mayor parte de los relatos tienen una estructura similar. Una introducción algo extensa para los estándares actuales, con descripciones preciosistas y líricas en cierto modo, una narración del hecho fantástico con aire de leyenda y un final suspendido, casi abrupto, que en muchas ocasiones deja a elección del lector la resolución del mismo.
¿Es verdad o no lo que se cuenta? ¿Es magia o ciencia? En muchas ocasiones plantea la autora esta dualidad como en los relatos «Un destripador de antaño» o «La santa de Karnar». En relación con este último, es habitual encontrar historias vinculadas con los santos o festividades eclesiásticas. Nada más empezar nos encontramos con los caso de «El rizo del Nazareno» o «La Borgoñona». Estos primeros relatos son más extensos y, aunque la ambigüedad está presente en gran parte de los cuentos, conforme avanzamos va cambiando el modo que tiene Bazán de acercarse a lo fantástico. De esta manera, los relatos no están ordenados solo por orden cronológico, sino que también siguen cierto orden temático.
La temática fantástica de Pardo Bazán
Por ejemplo, en el caso de «El ruido» o «La calavera», nos adentramos en una psique trastornada, o quizá no sean sus temores tan infundados como parece. Este tema no se queda aquí, pero empiezan a aparecer cuentos donde la Muerte, ya sea de forma metafórica o no, se manifiesta. Diría que estos son los temas principales, junto con otros menores como la magia de los bailes de máscaras o el erotismo entre líneas de relatos como «Las espinas» o «La Borgoñona».
Entre tal cantidad y variedad de cuentos, es difícil decantarse por unos u otros, pero «El conjuro» me hechizó por completo. Es uno de los que más carga fantástica tienen, con una potencia espectacular. Un hombre realiza un ritual en búsqueda de la inmortalidad y encuentra lo que buscaba, pero no de la manera que pretendía. No es un tema nuevo e inexplorado; sin embargo, la autora lo recrea con una lírica fascinante, haciendo de la brevedad su mejor arma para que no se disuelva el efecto.
En general, la calidad de los relatos es elevada, aunque unos gustarán más y otros menos. Sobre todo son odiosas las comparaciones con cuentos de temática y tratamiento muy similar, pero es algo normal en una colección de estas características. Como he comentado antes, quizá algunos relatos pequen de un final demasiado abrupto, pero también es difícil juzgar las fórmulas de hace un siglo. Lo mismo ocurre con el estilo, mucho más recargado que la costumbre actual, con un gusto exquisito por los adjetivos antepuestos. Esto puede ocasionar que la lectura se haga pesada en ocasiones, que nos perdamos entre las descripciones detalladas de los espacios. Sin embargo, los cuentos no serían lo mismo sin ellas. La autora consigue la atmósfera perfecta para el desarrollo de la historia, nos traslada a un tiempo y un lugar diferentes con unos pocos párrafos.
Cuentos de leyenda
Antes de acabar me gustaría destacar también cómo doña Emilia consigue ese aire de leyenda que envuelve los cuentos. No solamente es que muchas veces se desarrollen en pequeños pueblos de Galicia, sino cómo se desenvuelve el narrador. En gran parte de los relatos, todo empieza con un «me han contado», como herederos de la corriente oral que transmite mitos de épocas antiguas. De hecho, «La Borgoñona» transcurre en el siglo XII-XIII aproximadamente. Pero la autora no necesita irse mucho más atrás. Este aura mística potencia aún más la sensación de irrealidad, de magia imposible, de apariciones, de locura. Desde la realidad y lo ambiguo, Pardo Bazán crea un mundo donde todo es posible. Y yo solo puedo animaros a descubrirlo.