Bandinnelli: Escatología de andar por casa

Escatología de andar por casa. Libros Prohibidos

Año: 2016
Editorial: Autopublicado / Pez de plata (2018)
Género:
 Libro de relatos (Ciencia ficción, fantasía y humor)

Con humor todo sabe más rico

En los últimos tiempos he mostrado públicamente mi pasión por la hibridación de géneros. Es posible que me haya puesto un poco pesado, también hay que decirlo, pero es verdad que veo como un gran acierto el mezclar géneros, el saltarse las etiquetas y crear nuevas y extrañas criaturas de varias cabezas y un montón de extremidades. Salirse del cajón. Y esta es la descripción perfecta para este engendro de ciencia ficción, fantasía, terror y carcajadas que ha parido el autor murciano Bandinnelli: Escatología de andar por casa. Por cierto, esta colección de relatos primero fue autopublicada y luego, en la edición que nosotros hemos leído, publicada por la editorial Pez de plata en su colección «La risa floja» —donde, por cierto, hay unos cuantos títulos más que interesantes—.

¿Qué pasa si los personajes se rebelan contra el autor? ¿Y si tus citas amorosas se vuelven un poco… sagradas? ¿Puede un regalo arruinarte la vida y, de paso, destrozar el mundo? ¿A quién recurriría el monstruoso Cthulhu para derrocar al Gobierno? ¿Sirve el teletransporte como arma para invadir el planeta? ¿Qué pasaría si un escritor se convirtiese en un dios? ¿Ese tío de ahí es Dan Brown? ¿Alguna vez te has preguntado cómo sería un mundo en el que siempre reinara el Apocalipsis?
Por último, ¿es posible escribir una sinopsis a base de preguntas?
Aunque parezca lo contrario, en estos relatos aún queda margen para tratar temas intrascendentes como la amistad, el fanatismo o el amor. Ah, y el humor. El humor también tiene su espacio en esta antología.

Siempre es deseable que exista un hilo conductor que articule los relatos de una colección. En el caso de la obra de hoy, aunque los cortes son cada uno de su padre y de su madre, el tono de chanza y las ganas de sorprender al lector aportan la certeza de que se está leyendo un mismo libro. Y a partir de ahí, la locura: monstruos, dioses, demonios, Dan Brown, científicos coreanos… Hasta con la metaliteratura se atreve. Una libertad de creación que, sumada al ingenio del autor, aporta cubas de frescura y se agradece. Antes de que se me olvide, en Libros Prohibidos publicamos recientemente un relato de este autor, Sword & Congress, donde hace gala de ese humor desinhibido y sin riendas.

Dándome un garbeo por GoodreadsEscatología de andar por casa. Foto. Libros Prohibidosencontré una opinión muy interesante de Pablo García Maeso, que fue finalista de los pasados Premios Guillermo de Baskerville en la categoría de ópera prima por Sopa de elegidos, que venía a decir algo así como que en cuanto Bandinnelli se desprenda de referencias pop, crecería como autor. Coincido bastante con este comentario. Es cierto que en Escatología de andar por casa se utilizan bastantes referencias de la cultura popular; en la mayoría de los casos con bastante acierto, hay que concedérselo al autor. Pero también es cierto que los relatos no requieren nada de esto para cumplir su función. No se entrega a referencias externas y apuesta todas sus posibilidades cómicas a las mismas o al conocimiento que el lector pueda tener de ellas. Son artificios divertidos, pero en absoluto imprescindibles.

Antes de meterme en faena con los cuentos uno por uno, que son muy poquitos y voy a poder dedicarles unas líneas a todos, tengo que mencionar los interludios. Se trata de un relato formado por cinco microrrelatos independientes que van intercalándose con el resto de cortes. Me ha parecido un detalle que por su simpleza no deja de aportar agilidad, fluidez y sonrisas. Voy a citar el primero de ellos, «La flor de la señora Norris» entero, que me parece de las muestras más deliciosas de lo que ofrece Escatología de andar por casa.

Un buen día un meteorito penetró en la atmósfera y decoró el cielo nocturno sobre la casa de la señora Norris.
Al día siguiente la señora Norris leyó en el periódico una noticia sobre ese visitante del espacio.
—Otra piedra —dijo entre dientes mientras chupaba su vieja pipa.
Lo que nadie supo es que cuando pasó por encima del jardín de la señora Norris el meteorito dejó caer una pequeña semilla.
Unas semanas más tarde, Gustave, el jardinero francés de la señora Norris, se percató de que una planta parecida a un geranio estaba creciendo en el parterre de los geranios. Gustave había visto suficientes geranios a lo largo de su vida como para decidir que si una planta se parecía a un geranio era porque se trataba de un geranio.

Escatología de andar por casa, relato a relato

Empezamos con «Una historia para Tamara», toda una declaración de intenciones, ya que es prácticamente abrir el libro y encontrarte de sopetón con un juego metaliterario donde el protagonista interactúa con el narrador. Ahí es nada. Le sigue «La vida vacía de Luís», el corte que menos me ha entusiasmado de todos. No sé si las referencias religiosas se me quedaron un poco cortas o fue todo porque el final no termina de conseguir el efecto deseado.

He puesto esos dos relatos juntos porque los considero un calentamiento, ya que, con «Un regalo para Juan» empezamos a ver de lo que es capaz esta colección. Para no spoilear, de este corte me limitaré a decir que se trata de una locura muy estrambótica y divertida. Vamos, que lo leáis.

Como no podía ser de otra forma, «Escatología de andar por casa», como cuento que da nombre a la colección, es uno de los más fuertes y conseguidos. Con un worldbuilding que más de uno —y dos— autores usarían para ambientar toda una saga de lo complejo que es, Bandinnelli juega con lo real e irreal en un apocalipsis perpetuo.

«¿Dan Brown es pistolero?». No me lo pregunto yo, aunque podría, sino que es el título del siguiente corte. Y, bueno, poco más puedo agregar, creo que se define a sí mismo bastante bien. Y es algo que podríamos aplicar al siguiente cuento, «La cerveza que convirtió a todos los ciudadanos del mundo en norcoreanos», aunque en este caso nos encontramos con unos cuantos giros que contribuyen a hacer todavía más demencial la historia. Para mi gusto creo que es el que está mejor contado de todos, y es complicado en un libro que destaca, entre otras cosas, por su efectiva narración.

Junto al ya mencionado «Escatología de andar por casa», sin duda mi favorito es «¿Qué fue de Martin?». Para poneros en situación, se trata de una especie de cárcel donde los presos se dividen entre fans de J.R.R. Tolkien y George R.R. Martin. El autor se desata aquí y maneja mejor que nunca los elementos a su disposición. Chapó.

Para finalizar, tenemos «Cuando Cthulu dejó de ser ácrata», una ida de olla muy seria con señoras mayores, adoradores de Cthulu, terrorismo y otras cosas chungas. Me parece una forma estupenda de cerrar la colección.

Pocos años atrás, la entrada en la escena criminal de los servidores de Cthulu había obligado al equipo a renovar su armamento. Una pistola o un vulgar lanzamisiles no derribaban a esos engendros y el agua con jabón de Marsella no dejaba como una patena una blusa impregnada con la sangre de esas cosas.

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Foto: John Moeses Bauan. Unsplash