Nominados #PGB17: Pablo García Maeso

Pablo García MAeso. Libros Prohibidos

«Tengo un montón de ideas que me dejan de hacer gracia en cuanto paso al papel la primera frase, pero que no dejan de darme vueltas por los sesos».

El siguiente en la lista de nuestros nominados a los Premios Guillermo de Baskerville 2017 es Pablo García Maeso, autor de la novela de fantasía y humor Sopa de elegidos (categoría de ópera prima)

Nos cuenta Pablo García Maeso que antes de nacer (Madrid, 1982) fue objeto de varias hipótesis lanzadas por su madre: «Son gases», «Es gastroenteritis», «Va a ser apendicitis», hasta la célebre: «¿Cómo voy a estar embarazada? Será un tumor».

Sopa de elegidos. Pablo García Maeso. Libros ProhibidosNos asegura que escribir novela le resulta agotador, cuando no frustrante. Le gusta improvisar argumentos, gags, a veces diálogos enteros o escenas, siempre con fondo cómico y un tanto absurdo.

Lo imagino, lo suelto por la boca y (con suerte) alguien se ríe.

Se considera un adicto a los juegos de palabras y a encajar frases enteras en canciones. Es lo que hace en su podcast (Vuelo 180) y es lo que hacía cuando grababa cintas de chorradas con sus amigos del colegio. Pocas veces ha intentado seguir un guion, repetir un comentario ya hecho, porque le suena a encorsetado. Frases que le parecían estupendas han perdido toda la gracia a costa de oírlas repetir, hasta el punto de odiar la frase, al actor, el guion entero y a sí mismo. Se ve como un autocrítico horrible.

Mi narrativa es tramposa, odio las descripciones, me parece un incordio interrumpir un diálogo para explicar que el personaje mueve la mano, se quita las gafas o se recoloca un mechón de pelo, así que me suelo burlar de ello en la propia narración. Cuando siento que una escena pierde fuerza la corto sin más, como en aquel sketch de Monty Python en el que aparece Graham Chapman vestido de militar para ponerle fin porque «se ha vuelto demasiado estúpido».

Sopa de Elegidos es su primer trabajo publicado porque se dejó convencer para intentarlo. Opina que el autor nunca debe ser más gracioso que sus personajes, de ahí que, de momento y sin aviso de cese, se decante por la primera persona como forma de ceder la narración al protagonista.

¿Que no me apetece poner nombre a un personaje? El narrador no se acuerda. ¿Que una escena corre peligro de volverse pesada? El narrador se siente incómodo y se toma la licencia de resumirla en dos frases.

Confiesa que es prácticamente imposible escribir comedia enmarcada en fantasía clásica y no oír nombrar a Terry Pratchett. Y, sin embargo, no lo considera un referente. En cuanto a narración y diálogo, sobre todo desde que escribe en primera persona, sus «maestros» son Eduardo Mendoza y su detective, y P.G. Wodehouse y su inolvidable Bertie Wooster. Que se mueva en lo fantástico se debe a los cientos de partidas de rol que ha jugado desde el colegio.

La fantasía clásica parte de bases absurdas y muy parodiables, y la mayoría tiene un tonillo épico solemne que aún lo convierte en un objetivo más atractivo. Solo tienes que humanizar a los personajes, convertirlos en gente normal con problemas cotidianos y dejar que un monstruo, una vieja leyenda o un objeto maldito aparezca para convertirlo todo en una farsa en la que los gags brotan solos.

Actualmente, Pablo García Maeso está metido en algunos proyectos por pura diversión, solo para ver si puede hacerlo. En plan cooperativo hay por ahí algo sobre reseñas de comedias, también un libro de relatos con otros autores de comedia, todos muy buena gente, que es con quien asegura que le apetece trabajar. Sigue con Fusa y Knork, claro, los protagonistas de Sopa de Elegidos, porque son sus chicos y los adora, porque se divierte muchísimo con ellos, así que tiene preparadas para ellos dos aventuras más que, de momento, se titulan Gatus Talegui y Plumas de Arpía. También quiere escribir una comedia fantástica ambientada en la Revolución francesa y una historia sobre una serie de televisión en la que se filtra que van a recortar reparto y los actores recurren a las tácticas más rastreras para minar la popularidad de los demás compañeros.

Actualmente vive en Barcelona con su mujer, su perra, su gato, su conejo y una colección aberrante de juegos de mesa.

Lo podéis encontrar en Twitter.

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