Año: 2015
Editorial: Saco de Huesos
Género: Relatos
Valoración: Está bien
La razón por la que me atraía Círculos infernales era el concepto que presentaba: aproximaciones al infierno de la mano de diversos escritores, sin ningún tipo de acotación genérica ni de otra clase. Eso es pues lo que nos encontramos en la obra: una serie de relatos que sin centrarse en un género concreto abordan las visiones del mundo infernal de diferentes autores. A grandes rasgos, la idea no decepciona y es el concepto que yo buscaba. Empieza la obra con un prólogo muy interesante que contiene las motivaciones que llevan al proyecto, lo que se pretende con él, recordando a Dante y Virgilio; seguido por una puesta a punto de Emilia Pardo Bazán con La nochebuena en el infierno. Es el relato que presenta un concepto más tradicional de la antología, un descenso al averno con una premisa y un tono que tienen olor a antiguo, a arcaico. Es uno de los cuentos de la autora que más me gusta hoy día.
A partir de ahí mi opinión es la de que la antología va de menos a más, con un inicio que me dejó bastante fría pero que solo fue el calentamiento para lo que se venía después. Comenzamos con Cancervecero y Esta noche, te abriré las venas de mi infierno, los dos relatos que más aborrecí del libro. El primero porque no soy yo mucho de chascarrillos que engloben la trama en general de algo, incluso cuando ese algo es un relato corto; el segundo, porque nunca había deseado tanto que una narración terminase. Todavía no entiendo qué hice yo para merecer aquello. Las imágenes presentadas al final del relato son algo estremecedoras pero el resto de páginas prefiero que se pierdan en lo más oscuro de mi memoria, demasiada trama para tan poco interés, demasiado dramatismo efectista para una culminación poco original. Después está En una hondonada inmediata, uno de los relatos que más me han gustado: es cierto que desconcierta mucho la manera en la que está narrado, esto pasa en todos los relatos de corte más fantástico de la antología, pero enseguida se convierte en un atractivo gigantesco. La narración es muy interesante (me gustó muchísimo que el vocabulario fuese tan extraño), las imágenes poderosas y la visión del infierno tremenda. Me recordó en algunos aspectos a Anna Starobinets.
En carne y hueso, el siguiente relato, es del mismo tipo, fantástico, muy peculiar en el tratamiento del infierno. También me resultó muy interesante sobre todo por la narración, muy acompasada y acompañando perfectamente a lo que cuenta. Las imágenes que evoca son fantásticas, draconianas, enormes. Me gustó mucho. Al infierno un poco es, lamentablemente, de género negro, que me da pereza en novela. De todas formas: tono distendido aunque crítico, lectura divertida con un protagonista agradable, muy ameno (no sé por qué me da tanta pereza el género si luego suelo disfrutar la lectura). De Condenado me gusta el concepto presentado, es muy interesante, la tensión narrativa llega hasta el final de una manera estupenda y el último párrafo es increíble. Me quedé ojiplática al terminar la lectura. El siguiente, Un día de verano, no tiene gran chicha. Desde el principio puedes visualizar por dónde van a ir los tiros (sobre todo estando recogido el relato donde está) y tampoco hay nada más que pueda resultar interesante de ver. En cambio, en El descenso de Aquel que Busca el descanso me encontré lo contrario. Me resultó demasiado largo como relato para la antología, aunque sí me gustaron narración y concepto. Yo habría metido tijera, es cierto, porque hay mucho del descenso que, bueno, era en plano, por decirlo así. Así como el título se hace innecesariamente largo, el relato no se queda atrás.
El juego de la oca degollada… bueno. Qué bien. Se agradece un relato de puro terror, agónico, con niño incluido, con final alucinante y narración intensa, de esos con una tensión narrativa que no sabes cómo va a soltarse. El terror es mi género favorito, así que quizá sea por eso, pero el que más he disfrutado, creo. Haberlas haylas y La balada de Uro, señor de los Fríos, retoman el género más fantástico, cada uno en tonos diferentes. Donde el primero me pareció interesante porque el concepto que presenta se aleja más del general de la antología, el segundo no me gustó prácticamente nada. Me resultó muy aburrido, la verdad, sin nada que resaltar, una vuelta de página tras otra sin aportar nada. Y por último, Anillos de humo contempla la primera visita al Infierno de un tipo y su manera de entrar. Pese a que el protagonista me resultó aborrecible, la estructura del relato y la manera de contarlo me gustó, siendo un final agradable para el total del libro.
En definitiva, me parece un conjunto de relatos de lectura agradable, unos gustando más y otros menos, pero si se está interesado en el tema del infierno es una aproximación interesante, correcta y que merece la pena. Es cierto que no me parece un libro imprescindible, que está bien sin más, pero hay dos o tres relatos que sí considero excelentes. Os animo a haceros con él si estáis interesados en el tema. No os decepcionará.