Autoras: Kelly Robson, Lucy Taylor y Ruthanna Emrys
Año: 2018
Editorial: Pulpture
Género: Antología de relatos (terror)
Selección y traducción: Sofía Barker
Obra perteneciente a la sección oficial de los Premios Guillermo de Baskerville 2019
Las semejanzas son aciertos y las diferencias, belleza
Publicar una antología de relatos tiene ventajas y desventajas. Por una parte, los relatos que componen Agua en los pulmones son de una longitud que no permite su publicación individual, ya que están entre el relato largo y la novela corta. Por otra parte, son lo suficientemente largos, premiados e interesantes como para darles el protagonismo que se merecen. Pulpture, en un acierto, ha conseguido ponerlo todo a su favor al reunirlos con una clara intención. Como explica Cristina M. Caladia en una pequeña nota de editora, esta antología es algo más que publicar textos de calidad. Tiene la intencionalidad de visibilizar autoras. Es más, las tres autoras que comparten páginas son mujeres e inéditas en España. Tanto el título que designa a las tres como un solo libro como esos tres nombres femeninos desconocidos llamaron mi atención y supe que quería leer la antología. Porque visibilizar es más que publicar autoras. Es hacer visibles, precisamente, a las que no lo son. Y ellas eran desconocidas en nuestro país antes de esta publicación. Gracias a la editorial, eso ha cambiado. De hecho, se espera que Pulpture también edite una colección de cuentos de Lucy Taylor en español. Por mi parte, estaré muy atenta a esa colección y lo celebro muchísimo.
La selección corre a cargo de Sofía Barker, quien también traduce todo el compendio de forma exquisita. Este equipo formado al completo por mujeres se pone manos a la obra para traer tres cuentos de terror con tres voces y escenarios muy distintos (y ahora que reseño esta obra en este medio me siento parte de ese equipo femenino literario). En esa pluralidad está la belleza, pero los puntos que las unen también son dignos de mención y apreciación. El hilo conductor de la antología es el terror y su fusión con el agua; de ahí, el título que designa el compendio. Me atrevería a dar uno más que es muy interesante: las tres historias tienen a mujeres como protagonistas. Y como último punto ventajoso relacionado con este: ninguna cumple con el tropo de la mujer rota en la ficción de terror. Para mí, eso eleva bastante la calidad de los textos.
Tres mundos completamente diferentes comparten páginas como iguales
Terror gótico, terror postapocalíptico y terror cósmico, serían las designaciones más acertadas para los amantes de los subgéneros literarios. La diferencia de escenarios también es palpable y apreciada. Por eso, es mejor reseñarlos por separado y darles el espacio que merecen. A pesar de que todas las historias te hacen sentir con Agua en los pulmones.
Con «Una mancha humana», de Kelly Robson, visitamos un castillo aislado en la época victoriana de la mano de la protagonista, Helen, que ha de enseñar inglés a un niño huérfano. Aunque el escenario es capaz de dar pavor de por sí, son los habitantes quienes más desasosiego causan. Este es un relato que consigue, a la par, el efecto de querer pasar las páginas con premura para saber qué ocurre al final cuanto antes, y el de mantenerte atado a cada línea porque construye un ambiente neblinoso, tétrico y que te hace recelar. A pesar de tener el ambiente aislado del castillo y este como lugar de mayor protagonismo, ese lago que lo rodea y lo incomunica también da pavor; solo se llega en barca de remo. Y allí va a convivir con una tímida niñera y que apenas habla, un crío que no deja de esconderse por todo el edificio y no comportarse acorde a su edad, y un mayordomo y una cocinera que hablan en alemán y apenas se ocupan del lugar, para hastío de la protagonista. Helen tiene muchas preguntas y quiere respuestas. No se amedrenta, así que encontrará y verá cosas…
Helen encontró a Peter al fondo de la bodega helada, agachado frente a una puerta enclavada en la profundidad de la roca. Las paredes estaban cubiertas de escarcha. La respiración del chico se elevaba como el humo. […] Introdujo dos dedos bajo la puerta y después se agachó aún más; su cabeza según los introducía más profundo. «Una mancha humana», Kelly Robson.
En «Amados», de Lucy Taylor, pasamos a un futuro postapocalíptico que parece no dar tregua a quienes pueblan tanto agua como tierra tras La Gran Inundación. Ese futuro sigue en proceso adaptativo y afecta a quienes viven en él a unos niveles increíbles.
La protagonista, Mir, tiene un padre obsesionado con la evolución. Ambos viven cerca de la orilla, donde los recursos escasean porque deben llegar gracias a un camión desde la meseta. Entonces descubren que los trilobites y celacantos (habitantes del agua) comienzan a cambiar. Y no son los únicos. Según su teoría del equilibrio interrumpido, están adaptándose a ese nuevo hábitat que es la tierra.
Es un relato no apto para aquellos que tengan pánico a los bichos y tampoco recomendado para biólogos que quieran un relato científicamente correcto (o sí, si es que quieren pasarlo mal). Esto es terror puro y duro y un futuro después de un cataclismo medioambiental. Uno inimaginable.
No solo ese nuevo mundo presentado por la autora es interesante, las criaturas y los personajes también lo son. Tanto por las circunstancias que viven como por las descripciones tan visuales de esas patas, aletas y branquias. Es todo muy cinematográfico a pesar de estar narrado desde el punto de vista de Mir. Se ganó una nominación al premio Bram Stoker en 2017.
Según Papi, el regreso de los trilobites de la extinción (pregonado por aquel primero que encontré en el pelo de mi madre muerta) señalaba que la tierra se había reinventado, avanzando a trompicones hacia un nuevo equilibrio. El segundo milagro es que esos trilobites «nuevos y mejorados» tienen branquias modificadas para filtrar el oxígeno del aire, lo que significa que pueden medrar tanto en la tierra como en el agua. «Amados», Lucy Taylor.
«La letanía de la Tierra» de Ruthanna Emrys, nos transporta a San Francisco de la mano de Aphra Marsh, que es originaria de Innsmouth, dejando claro desde el principio el toque lovecraftiano que impregna toda historia. Una librería con una trastienda, libros con títulos impronunciables, agentes del FBI, niebla, magia, sangre y agua. Todo esto es lo que podemos encontrar en las palabras de Emrys. El relato es calmado, pero no del modo en el que te puedas esperar sustos en las esquinas. El terror lo es todo. El mundo que nos describe está lleno de negatividad, horrores, mentiras y dioses que juegan con humanos y humanos que consiguen atemorizar a criaturas poderosísimas con lo peor que tienen dentro de sí.
Saco un Necronomicon con manos temblorosas, el único de los tres que parece de verdad. La primera página está vacía, afortunadamente: ninguna dedicatoria, ninguna lista de apellidos. Ninguna oportunidad de saber si alguna vez perteneció a alguien que conocí. Leo la primera página lo suficiente como para identificar el árabe excesivamente poético, y lo devuelvo antes de que mis ojos se llenen de lágrimas. Tomo otro, este en enoquiano de verdad. «La letanía de la Tierra», Ruthanna Emrys.
Agua en los pulmones y entre las páginas
En resumen, en Agua en los pulmones podemos encontrar personajes con diversidad funcional, mujeres con más o menos belleza, personajes queer y monstruos y monstruas haciéndola una lectura muy fresca sin que deje de ser terrorífica.
Es difícil elegir un favorito siendo tan diferentes entre sí, sobre todo si intentamos no compararlos. Personalmente, he amado la ambientación de «Amados», así como muchas de sus descripciones de bichos. Al tener más acción se ha hecho más dinámico, aunque según te acercas al final lo puedes intuir, pero se disfruta muchísimo de todas formas.
El relato que me ha sorprendido más y ha conseguido que haga una mayor mueca de disgusto ha sido, sin duda, «Una mancha humana». He quedado satisfactoriamente horrorizada. Sin duda, merecedor de la nominación al Locus y ganador del Nebula de 2018. Un castillo aislado tan típico es capaz de dar tanto miedo gracias a una buena autora.
«La letanía de la Tierra» ha tenido el desenlace menos satisfactorio como novela corta, a nivel personal. Pero saber que es el comienzo de una serie de dos novelas me da ganas de continuar leyendo a la autora. Sin duda, gustará a aquellos que conozcan en mayor medida la obra de H.P. Lovecraft.
Quedo profundamente satisfecha con la colección en general así como con las pequeñas biografías de las autoras que aparecen en el texto para seguirles la pista. El formato del libro me parece adecuado, pequeño y estilizado. Y solo puedo pedir más de esta ficción que no es ni larga ni corta. Quiero más autoras desconocidas y no hace falta que sea en una selección de 10. A veces merece más la pena dejarnos ver unos pocos relatos, pero que sean premiados, nominados y aclamados.