Año: 2014
Editorial: Sven Jorgensen
Género: Relato
Valoración: Recomendable
Aunque parezca increíble después la cantidad de libros leídos en los últimos tres años, La hamburguesa humana es mi primera incursión en el inframundo zombi. He de reconocerlo, de entrada, este tipo de libros nunca me ha llamado la atención y me he esperado cualquier cosa (mala tirando a chunga) del género. Y ahora me cae esta obra en las manos (sin que yo supiera de qué iba) y resulta que se trata de una pequeña joyita.
La hamburguesa humana es un libro de relatos que busca aunar dos géneros tan estrambóticamente distantes como el terror zombi y el erotismo. Lo bueno viene cuando puedo asegurar, y no me estoy quedando con nadie, que está jodidamente bien conseguido. El secreto reside en un estilo descarado, podría decir incluso que chulesco, que avasalla al lector con su lenguaje de maestro de ceremonias, su slang y su flow, como si de un rapero estuviéramos hablando. Impera una narrativa fresca y elegante, brutal y repulsivamente poética que crea unas imágenes impactantes que se te quedan grabadas en la corteza craneal para luego no marcharse. Creo que ese es el único camino posible para mantenerme pegado de la forma que lo hizo a un libro erótico-zombi-festivo.
Como el propio autor se ciñe a dos géneros muy concretos, la temática no puede ser variada de ningún modo. Así, Millàs opta por cambiar todo lo que está en su mano. A veces son los puntos de vista del narrador, no solo de persona (1ª, 3ª y hasta 2ª), sino de tipo de personaje: no esperaba encontrarme con ninguna historia protagonizada por un zombi. Otras veces la acción se centra en una parte en concreto de la vida de los supervivientes, de manera que no siempre tienen por qué estar huyendo de la plaga o reventando cabezas de no-muertos. Me sorprendió/agradó encontrarme con cuentos donde no apareciera ni un solo zombi.
Por supuesto, en un libro que se autodenomina zombi y erótico el morbo en toda la extensión de su significado está asegurado. Los muertos vivientes siempre están ansiosos de carne, y los vivos también lo están, pero de sexo. Los protagonistas siempre están calientes y dispuestos a echar un polvo que, si nos detenemos a pensarlo un poco, bien podría ser el último. El autor también explora el morbo que le brinda el contexto del libro para criticar ciertos sectores de nuestra sociedad: no es raro ver modelos zombi, editores devorando poetas, periodistas pudriéndose, y un desagradable etc.
Como no todo va a ser piruletas, también tengo que hablar de lo que no me ha gustado. Creo que el contenido de este libro es disfrutable por cualquier amante de las letras (si le da a la triada fantasía-cienciaficción-terror, mejor), pero la extensión y el número de relatos me parecen excesivos. Leer 23 cuentos sobre zombis y solo llevar un 50% del total del libro, es capaz de cansar incluso al fan más entusiasta. Que sí, que es muy variado, que hay mucho cambio, que el ritmo es endiablado y las imágenes son una pasada, pero en 23 relatos de un libro erótico de zombis es inevitable caer en repeticiones (la chica en la moto, la pareja follando hasta que los zombis derrumban la puerta, incluso la narración en 2ª persona que tanta frescura da termina sonando repetitiva). Por suerte, el autor tuvo el buen ojo de colocar un relato largo que es casi novela corta, Instrumental quirúrgico, y que ocupa la segunda mitad del libro. Con todo, sigo pensando que 23 relatos son demasiados. Cuestión de gustos, supongo.
De cualquier modo, La hamburguesa humana es una perfecta primera aproximación al género zombi: divertido, vibrante, sexy, de escritura solvente y todavía mejor lectura, un pelín repetitivo, pero recomendable.