El siguiente de los autores nominados a los Premios Guillermo de Baskerville 2016 que os presentamos es Ignacio Fernández, finalista en la categoría de novela por La máquina natural.
Ignacio Fernández nació en Mar del Plata en 1978. Licenciado en Comunicación, vive en España desde hace doce años. Estuvo una breve (e inolvidable) temporada en Almería ejerciendo de periodista, para luego marchar a Barcelona, ciudad en la que ahora reside.
Pese a que se gana la vida escribiendo, no consigue acostumbrarse a hacerlo directamente en el ordenador. Escribió La máquina natural a mano con bolígrafo azul en folios A4, por las dos caras. “Es una buena manía”, nos dice, “porque me permite hacer una primera corrección con el texto todavía muy fresco, cuando lo paso en limpio la misma semana en que lo escribo, a veces en el mismo día.”
Opina que hay muchos detalles que quedan fuera del libro cuando el autor lo escribe y que, tal vez, también pertenezcan al lector. “En un principio, La máquina natural fue un cuento, hace bastantes años, cuando yo aún estaba estudiando. No sé bien por qué lo recuperé y pensé que tenía posibilidades de ser otra cosa (lo que es hoy, espero).
Nos confiesa no tener ninguna formación específica en Literatura. “No creo que eso haga necesariamente a un escritor. Nada se compara con lo que leemos y el modo en que lo leemos, o el momento en que lo leemos. Estoy seguro de que podemos crecer más como lectores que como escritores, porque la lectura (es un consuelo) no nos pertenece del todo.”
No lo tiene claro a la hora de hablar de referentes literarios. “Enseguida respondo Borges, DeLillo, Coetzee, Munro, Bioy Casares y Carpentier. Son escritores a los que puedo volver una y otra vez, son los que releo, puedo citarlos de memoria. Pero antes hubo otros (Stephen King y Cortázar en la adolescencia, por ejemplo), y espero que haya otros en el futuro.”
Por último, pese a nuestra insistencia, Ignacio Fernández asegura no tener ningún proyecto a la vista. “No puedo hablar mucho de proyectos. No porque no quiera sino porque no tengo nada en papel, solo tres ideas a las que llevo un tiempo dándoles vueltas. Y son tan distintas entre sí que no dejan mucho lugar a la coexistencia, así que dependiendo del día me inclino por una o por otra”.