Continuamos con los posts de autor dedicados a los nominados a los Premios Guillermo de Baskerville 2016. Hoy es el turno de José Pedro García Parejo, finalista al mejor libro de relatos por Leña.
José Pedro García Parejo nació en Sevilla en 1981. Es profesor de Geografía e Historia. Ha ganado varios certámenes literarios a nivel local. Su obra poética y narrativa forma parte de selecciones como Anónimos 2.1 (El Dispensario, 2013) o Relatos para María (ExLibric, 2014). Colabora en la recolección literaria periódica de Maclein y Parker, así como en el blog de dicha editorial.
José Pedro se considera lector antes que escritor, por lo que si se le pregunta qué hay que hacer para iniciarse en la escritura, respondería sin dudarlo: leyendo. “El estilo y el tono de un autor surgen de manera espontánea tras el bagaje lector que carga en la espalda”, asegura. “Al fin y al cabo, consciente o inconscientemente, tendemos a imitar a escritores que nos emocionan.”
Confiesa no tener un estilo definido. “Ni lo quiero tener. Depende del momento de mi vida, de los libros que me rodean y de las historias que circulen por mi cabeza. He evolucionado y quiero seguir evolucionando en la literatura.” Entre sus referentes se encuentran, entre otros muchos, Marsé, Delibes, Carver, Bukowski, Murakami, Cheever, Vargas Llosa, Bolaño, Richard Ford, Roth y Salinger. “Y, por supuesto, cambiaré mi opinión literaria de un modo drástico una y otra vez.” También defiende a la literatura patria, como Sara Mesa, Isaac Rosa o Marina Perezagua.
“En los últimos tiempos siento debilidad por la narrativa contemporánea norteamericana. Me conmueve esa habilidad para dibujar personajes y situaciones de esa manera tan sibilina. Decir mucho sin fuegos artificiales. Finalizar un relato de Carver y quedar inmóvil, buscando el motivo por el cuál lo que acabas de leer te ha parecido una gran historia. En Leña hay mucho de eso, o, al menos, esa era mi pretensión.”
Y como no todo van a ser luces, José Pedro García Parejo también tiene sus sombras: “no puedo con García Márquez. De momento. Y tuve que dejar El ruido y la furia este verano.” También nos revela un temor: repetirse. “Temo ser incapaz de aportar algo nuevo. Siempre que comienzo una historia me propongo, como condición innegociable, introducir alguna novedad, bien en el contenido o en el continente.”
En la actualidad, y aunque no desecha la novela, sigue escribiendo relatos porque le gusta, porque le sirve de terapia. Espera publicar su segunda obra dentro de no mucho. “Ahora mismo le estoy dando forma y consistencia. Creo en el trabajo concienzudo y en la disciplina a la hora de escribir. Creo en las hojas de notas con palabras mil veces tachadas. La inspiración dura un suspiro, el resto es sudor.”