Marina Tena Tena: No escuches a la luna

No escuches a la luna. Libros Prohibidos

Año: 2020
Editorial: LiterUp
Género:
Novela corta (terror/infantil)
Ilustraciones: Libertad Delgado

Obra perteneciente a la sección oficial de los Premios Guillermo de Baskerville 2020

Esta reseña se adhiere a la iniciativa #LeoAutorasOct, la cual busca la visibilización de las mujeres que escriben literatura

Dando mal rollo a los peques

No lo pude evitar, fue enterarme de que había una obra de Marina Tena disponible para reseña y pedírmela. He leído varios textos de esta joven autora madrileña, algunos relatos cortos y, sobre todo, Legado de plumas, finalista en los últimos Premios Guillermo de Baskerville. De ella admiro la capacidad de, con muy poco, traspasar el papel y dejar impregnado al lector con sensaciones e imágenes de gran potencia visual —algún día os contaré lo mucho que me inspiró leerla para escribir cierto relato—. Con la obra que traigo hoy, No escuches a la luna, Tena demuestra una gran versatilidad, lo que, sin duda, no es más que una muestra de lo que es capaz. Os dejo ahora con la sinopsis antes de zambullirnos en el análisis.

Zaira tiene 9 años y un hermano pequeño con el que de pronto tiene que compartir la casa, sus juguetes y la atención de sus padres.
Una noche, después de ser castigada sin ver un eclipse, una estrella atraviesa la ventana de su cuarto, pero resulta ser un niño. Eridani intenta escapar de la poderosa Dama Luna, quien secuestra a los pequeños que piden deseos.
Zaira intentará ayudarle para librarse de la malvada Luna antes de que esta lo encuentre y se lo lleve para siempre. Pero si la Luna te ofrece lo que más deseas, ¿serás capaz de no escucharla?

Siempre he considerado como especiales a los autores capaces de escribir para niños. Siendo adultos, saber meterse en el pellejo de los más pequeños y poder transmitirles las historias me parece algo de una dificultad supina; casi sobrenatural. Y si esto es así, imaginad cuál será mi opinión de aquellos capaces de, no solo escribir infantil, sino, además, probar —y salir airosos— con el terror infantil.

Mi primer —y único hasta la fecha— encuentro con el terror infantil fue de la mano de un relato de Sofía Rhei «El libro pequeñito», contenido en la antología Insólitas. Debo reconocer que el concepto me voló la cabeza: ¿cómo traer historias de miedo a un público tan propenso y esquivo al mismo? Y ahora vuelvo a encontrarme con este extraño y fascinante subgénero. En No escuches a la luna, Marina Tena consigue el equilibrio perfecto, el aunar la ilusión y honestidad infantil con un puntito de inquietud, misterio y momentos siniestros. Un poquito, que la idea es dar una pizca de mal rollo, no crear traumas. Este malabarismo es ejecutado con maestría, dando lugar a una historia entrañable y que deja un buen sabor de boca.

No escuches a la luna. Mujer. Libros Prohibidos

El elemento fantástico se nos presenta claro y prístino desde el principio, con cierto aire de cuento clásico que nunca le abandona. Sin embargo, No escuches a la luna tiene mucho de realidad. No es una explosión de unicornios y piruletas, es una historia con los pies en la tierra. Sus personajes son personas reales que viven en un apartamento real y tienen problemas  e ilusiones reales.

El niño soltó una carcajada sin dientes y aplaudió con las manitas manchadas de puré. Zaira apretó los labios para no decir nada. Sus padres volvían a ser injustos. Ello solo decía la verdad: que era un asco que toquetease todo lo que quedaba a su alcance con sus manos torpes y sucias.

Además, su protagonista, Zaira, es una niña de verdad. No tiene superpoderes, ni siquiera una sensibilidad especial. Es solo una niña de nueve años que no soporta a su hermano bebé, que no entiende cómo sus padres le han hecho la jugarreta de traer a otro niño a casa, y cuyo mundo se reduce a la escuela y poco más. Bueno, hasta que aparece Eridani, claro, pero es que sin esto no tendríamos historia.

Más que una novela corta

Tengo que ensalzar el trabajo integrador de la autora, a medias con la editorial LiterUp, en No escuches a la luna. La protagonista pertenece a una familia de inmigrantes de un país islámico sin identificar —porque tampoco importa demasiado—. Este gesto ni quita ni pone, ni añade ni resta a la historia, pero sí que ayuda a la integración, a ver normal a la gente de fuera, especialmente si proceden de otras culturas. Con detalles así se vence un poco más la llamada «otredad» y nos acerca a personas que, aunque se quiera pintar de otra forma, están ahí y son nuestros vecinos. Chapó.

Esta iniciativa procede de Marina Tena, pero también ha sido alentada por el Proyecto Unhu, una estupenda idea de LiterUp para ayudar precisamente a esto, la integración de personajes que no tengan que ser de raza blanca por defecto. Esta joven y dinámica editorial ya nos regaló otra convocatoria parecida, el Proyecto Válidas, que perseguía hacer algo parecido con personas discapacitadas. Y es que parece que las ideas para conseguir un mundo más justo no tienen fin para LiterUp. Y si a eso le sumamos que apuestan por textos que han demostrado su calidad —no ya solo por la ya referida Legado de plumas de Marina Tena, sino por otras como Aracnefobia, de Celia Añó, ganadora del último Premio Guillermo de Baskerville de novela corta— nos encontramos con una editorial seria cuyo proyecto principal no parece tener techo. Y tanto que nos alegramos.

Una muestra de este buen trabajo está en detalles como que han decidido acompañar los capítulos de No escuches a la luna con las ilustraciones de Libertad Delgado. Esto lo vemos como un acierto, ya no solo porque el público al que está destinada la obra agradece esto, sino porque todo lo que hace esta artista está tocado por las hadas.

En conclusión

Tengo que recomendar tanto No escuches a la luna como a su autora. La novela corta es perfecta para niños de —creo— entre 8 y 10 años, así que, papis, no lo dudéis y haceos con un ejemplar. Y la autora, por su parte, lo reúne todo para seguirle la pista y estar al tanto de lo que vaya sacando. Y, venga, ya que estamos, estad también atentos a todo lo que vaya produciendo LiterUp, que es sinónimo de deberes bien hechos. Si es que así da gusto.

Hazte con un ejemplar o una copia digital de No escuches a la luna aquí.
¿Quieres conocer más terror de autoras nacionales? Hazte mecenas de Libros Prohibidos para que podamos seguir remunerando a nuestros colaboradores sin recurrir a publicidad. Sorteamos todos los meses UN EJEMPLAR EN PAPEL de nuestros libros favoritos entre nuestros mecenas. También puedes colaborar de forma puntual a través de Ko-fi.
Y si quieres conocer más sobre nosotros y estar al tanto de todas nuestras publicaciones y novedades, apúntate a nuestra maravillosa lista de correo.

Fotos: Drew Tilk. Unsplash