Título original: La guerre des banlieues n’aura pas lieu
Idioma original: Francés
Año: 2010
Editorial: Édition Points
Género: Novela
Valoración: Muy recomendable (para entender la realidad)
Las Navidades de 2015 pasarán a los anales de la Historia por los atentados de París contra la revista Charlie Hebdo. Quizás ocurra como con otros grandes eventos, que años después nos preguntaremos unos a otros: “¿Recuerdas qué estabas haciendo cuando los atentados de Charlie Hebdo? ¿Recuerdas qué pensaste?”. Yo, al enterarme de que unos extremistas islámicos franceses criados en las propias banlieues del extrarradio parisino habían entrado con fusiles de asalto en un edificio del centro de la ciudad, arremetiendo contra uno de los estandartes de la liberté de expresión de la gran République de la fraternité y de la égalité, pensé automáticamente en este libro: La guerre des banlieues n’aura pas lieu, algo así como “la guerra de las banlieues no tendrá lugar”, o “no ocurrirá”.
Régis Fayette-Mikano (nombre real de Abd Al Malik, autor del libro) es un joven francés negro, de padres africanos, criado en las banlieues, en las que tonteaba con las drogas y la delincuencia… y un día, de repente, se convirtió al Islam. ¿Os suena?
Peggy (nombre real de Suleyman, protagonista del libro) es un joven francés negro, de padres africanos, criado en las banlieues, en las que tonteaba con las drogas y la delincuencia… y un día, de repente, lo metieron en la cárcel y allí se convirtió al Islam. ¿Os suena?
Hasta aquí los paralelismos, las razones por las que inmediatamente pensé en este libro cuando conocí los detalles del atentado de estas Navidades. Las diferencias son que, al convertirse al Islam en la cárcel, en vez de encontrarse con el extremismo terrorista, como les ocurrió a los asesinos del Charlie Hebdo, Suleyman (el protagonista del libro) se encontró con el Sufismo (que él mismo define como “el camino espiritual para volver al centro de nuestro ser”) y Abd Al Malik (el autor) se encontró, además de con el Sufismo, con la música.
Efectivamente, Abd Al Malik es un músico, un rapero. Bueno, más bien un “artista de spoken word“, si queremos ponernos técnicos y eufemísticos. Abd al Malik es además escritor, poeta, filósofo, francés y musulmán. Y ahora, al parecer, también es director de cine, pues estas mismas Navidades ha sacado una película autobiográfica que se llama “Que Alá bendiga a Francia“. ¿Justo a tiempo? ¿Justo a destiempo?
En esta novela breve (que no está traducida, pero que no se lee del todo mal para los que no somos perfectos francófonos) Abd Al Malik no nos habla de terrorismo, pero sí nos plantea la situación inicial de los terroristas del Charlie Hebdo. Aunque con final feliz. Abd Al Malik nos habla de racismo, ailsamiento, indiferencia, drogas, incomprensión: el caldo de cultivo, la banlieue. Y nos dice que las banlieues son “como centrales nucleares, que podrían iluminar todo el país si se utilizaran bien; pero que en realidad son potenciales bombas atómicas dejadas al abandono”. En las páginas de la novela queda claro que para Abd Al Malik la diferencia entre el buen y el mal uso de estas “centrales” está en la educación. La de todos: la de los jóvenes franceses de banlieue y la de “los otros”, los jóvenes franceses blancos del centro de la ciudad. Y tras plantearnos esta problemática, este caldo de cultivo, Abd Al Malik nos ofrece también una salida a todo eso, nos enseña su salida personal: el Islam, que le ha llevado al respeto, a la convivencia, al amor, a la libertad, a la igualdad y a la fraternidad. A apreciar más la humanidad, en definitiva. Y a apreciar más su país y su cultura: Francia, esa “Francia arcoiris, unida y liberada de todos sus miedos” con la que sueña en una de sus canciones.
Yo espero que los atentados de estas Navidades no hayan sido una refutación de la “profecía” que Abd Al Malik plasmaba en el título de esta novela, sino más bien una muestra de lo que puede ocurrir en la realidad cuando ésta no se enfoca desde la perspectiva que Abd Al Malik nos da en su ficción. Porque estamos ante una de esas ficciones que nos hacen comprender mejor la realidad. Una realidad que, pese a estar a nuestro lado (en nuestros ghettos, banlieues o suburbios), a veces nos creemos que es ficción. Uno de esos libros que todo el mundo debería leer antes de opinar.