Patricia García Sánchez: Valentina y el afinador de pianos

Año: 2014
Editorial: Autopublicado
Género: Relato
Valoración: Recomendable

Hoy escribo la reseña muy bien acompañada. Me explico, estoy escribiendo la reseña con un cd que viene con el libro que hoy nos ocupa y que es una delicia; un complemento ideal para la lectura.

Os cuento brevemente. Valentina y el afinador de pianos es un cuento ilustrado, dirigido a niños a partir de nueve años, que trata de un mundo donde ya no hay colores. Valentina acompañará a su abuelo en la labor de afinar un misterioso piano en un viaje a través de la música, lleno de valores, entretenimiento y magia.

A mí Valentina y el afinador de pianos me ha recordado un poco a La historia interminable, aunque bebe de muchos lugares diferentes. Ese es su encanto y, a la vez, un poco su fallo, si hay que encontrarle alguno (pero es un fallo bastante pequeñito en comparación con todo lo bueno que contiene).

Es un cuentito de esos que puedes leer con nueve, con diecinueve, y con treinta y cuatro. Está hecho con mucho cariño y con una mejor voluntad y eso se desprende de cada página. Destaca la forma de enseñarnos cosas tan importantes como el valor que tiene un libro o una nota musical, la importancia de tomar decisiones en compañía, o lo significativo que es aprender a desprendernos de las cosas que con amor hemos cuidado.

Es uno de esos libros donde fantasía y realidad se confunden. Valentina viaja desde nuestro mundo (ahora gris porque el color ha desparecido y están prohibidos los besos), al reino de Armonía, un lugar lleno de magia, adornado por los colores del arcoiris. A mí, personalmente, me ha encantado la historia que ocurre en nuestro mundo, con el abuelo, su pasión por la música y el amor por su mujer, la guerra, la perdida del color, la pena, la vejez… y un pequeño misterio.

Tampoco es nada desdeñable la parte de fantasía, donde hay personajes realmente adorables, divertidos y disparatados: duendes, hadas, caballeros, cocineras o tu propia sombra. Todos ellos encuadrados en un reino donde las nubes saben a beso y se cosen mantos al caer la noche.

Respecto a su parte ilustrada, a mi personalmente no me ha gustado nada la ilustración de la portada. Con las ilustraciones del interior me divido en dos: me gusta bastante cómo están dibujados los paisajes y las cosas, pero no tanto los personajes.

¿Mi impresión final? Pienso que le faltan páginas. Como decía al principio, es una historia que cuenta muchas cosas, que nos habla a la vez de un mundo real y un mundo de fantasía y, además, está ilustrado. Todo esto hace que sea mucho en muy pocas páginas y creo que podrían haber sido unas cuantas más. Pero quitando esto es un libro que le guardaría a mi peque en la estantería con gusto, y que incluso me ha robado algún rato de reflexión.