El síndrome del delfín — Ramón Cerdá

Año: 2013
Editorial: El fantasma de los sueños
Género: Novela negra
Valoración: Pasable
Empieza un nuevo año, y desde Libros Prohibidos queremos seguir luchando por propagar el fuego de la cultura, aunque nuestra realidad se presente como un cenagal. Sin oxígeno. Hoy traemos «El síndrome del delfín», novela del escritor valenciano Ramón Cerdá. Aunque todavía no sea muy conocido, Ramón ya tiene una trayectoria a sus espaldas con publicaciones que ya quisiera más de uno (empezando por mí mismo) «El síndrome del delfín» es su décima novela.
Aunque lo pueda parecer por su título, «El síndrome del delfín» no trata sobre la angustia de un heredero al trono, sino que es una novela negra. No me considero ni mucho menos un experto en novela negra y/o policiaca, he leído sólo un poco sobre el tema, y reconozco que la mayoría de datos que tengo de este mundo procede del cine: «El halcón maltés», «Perdición», «El silencio de los corderos»… Esto sólo me deja como un aficionado ocasional, y lo he lamentado.
Porque «El síndrome del delfín» tiene todos los ingredientes del género: un personaje oscuro y huraño aquejado de una extraña dolencia, asesinatos sin explicación, un inspector entregado a resolver el caso, y una atmósfera densa y borrosa. Si a ello le sumamos una visita inesperada y no deseada, y unas inexplicables y misteriosas alucinaciones, tenemos un cóctel que da mucho juego.
El grosor del libro no es nada despreciable, tal y como parecen imponer los cánones de la novela negra. Sin embargo la lectura resulta entretenida, sin obstáculos ni brillanteces innecesarios. Otro de los aciertos de «El síndrome del delfín» me pareció que fue el tratamiento de los personajes. Estamos acostumbrados a ver a la CIA, al FBI, al CSI, o a la yankeeada que sea, desenvolverse con sus infinitos medios, pero aquí vemos el punto de vista de una investigación en una comisaría española, con lo que esto conlleva. Si los policías fueran tipos de gran inteligencia y contasen con muchos medios, francamente, no hubiera resultado creíble.
Como punto negativo, tengo que destacar que hay pasajes y conversaciones que creo que no conducen a nada, y que yo hubiera acortado, o directamente eliminado. Supongo que son detalles que Ramón ha introducido para hacer más sólidos a los personajes y que también dan pistas falsas que más adelante hacen que el ambiente resulte confuso y no se sepa qué puede pasar. Sin embargo, sigo creyendo que hay ciertas partes que restan más que suman.
Como conclusión, nos encontramos con una novela bien construida, entretenida, que va agregando tensión en cada capítulo, que tiene mil giros, y un final que te sorprende cuando ya pensabas que no iba a ser así. A los amantes del género les gustará, y a los demás les dejará ganas de leer más.