Los papalagi — Tuiavii de Tiavea

Título original: Der Papalagi
Idioma original: Alemán
Año: 1920 (reedición 2012)
Editorial: RBA
Género: Discursos
Valoración: Está bien
Ver el mundo que nos rodea con nuestros propios ojos no reviste ninguna dificultad. No se requiere una capacidad especial para apreciar los semáforos, coches, anuncios, ruido, contaminación, y demás lindezas de nuestras ciudades contemporáneas. Para nosotros simplemente es algo normal, cotidiano, incluso habrá a quien le parezca bonito (no es mi caso). Sin embargo, los nacidos y criados en este mundo no tenemos la capacidad de abstraernos y poder observar nuestras vidas desde un plano, digamos, más alejado. Esto ocurrió con Tuiavii de Tiavea, autor de Los Papalagi, obra que hoy tenemos entre manos.
El autor, un educador samoano, abandonó su isla natal para embarcarse en un viaje que cambiaría su vida por completo. Visitó la Europa industrializada de principios del siglo XX que se debía parecer tanto a una isla del Pacífico sur como una pera a un radiador. Esto, lejos de maravillarle, le causó una sensación de angustia, de rechazo, que, con la intención de prevenir a sus amados compatriotas, no tardó en dejar por escrito nada más tener la oportunidad.
Aunque Tuiavii nunca quiso escribir un libro, y mucho menos que fuera publicado en su poco querido Occidente. Sólo pretendía dejar sentados unos encendidos discursos para asegurarse de que ninguno de los suyos sentía la tentación de seguir al hombre blanco en, a su juicio, una loca carrera hacia la destrucción. Pero Eric Scheurmann, en contra de los deseos de Tuiavii, llevó el texto a Alemania, donde publicó este libro de valor antropológico (y quizás también humorístico) incalculable.
Papalagi es el término que utiliza el autor para referirse al hombre blanco, que si bien en un principio significa «los señores», conforme se va avanzando en la lectura ya se ve que tal vez Tuiavii lo contemplase como algo bastante más despectivo. El educador samoano comienza describiendo nuestra sociedad y costumbres, asombrándose (muy para mal) de nuestras ciudades y modo de vida. Por ejemplo, dice que los hombres blancos vivimos en canastas de piedra, adoramos el metal redondo, todo lo guardamos en fundas que luego guardamos en cajas para finalmente guardarlo en cajas mayores, y vamos a ver películas a los locales de pseudovida, como llama a los cines.
En fin, nuestro mundo observado desde una optica distinta, interesante, a ratos divertida, casi siempre chocante. Así es Los Papalagi, un libro que cambiará la forma de ver nuestro día a día, y que posiblemente contenga entre sus páginas mucha más sabiduría que la mayoría de los periódicos («los muchos papeles», según Tuavii).
Bonito ¿verdad? Pues resulta que Eric Scheurmann, quien supuestamente había tomado los discursos directamente de Tuiavii, fue el verdadero autor del libro. Fue escrito de su puño y letra con la intención de criticar a sus coetáneos tras la Primera Guerra Mundial. En muchas ediciones no os contarán esto, así que si os preguntan, no digáis que hemos sido nosotros…

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