Kick-ass — Mark Millar y John Romita Jr

Título original: Kick-ass
Idioma original: Inglés
Guión: Mark Millar
Ilustraciones: John Romita Jr
Año: 2008
Editorial: Panini Cómics
Género: Cómic
Valoración: Está bien

Ni diciembre es el mes del cómic en Libros Prohibidos, ni vamos a darle un nuevo giro a la web, ni Susana y yo nos hemos puesto de acuerdo en reseñar dos tebeos seguidos, sino que, por obra y gracia de las circunstancias de la vida, nos hemos visto con estos dos títulos entre manos. En mi caso es debido a que últimamente estoy trabajando en el guión de la versión cómic de mi primera novela, algo que, ¡chist!, es de momento secreto.

Mi colega en este proyecto me recomendó empezar a leer este cómic para ir haciéndome una idea de lo que debía exigirme a la hora de contar mi historia. Y no es casualidad que utilizase Kick-ass como ejemplo, ya que este tebeo es todo virtudes narrativamente hablando. La valoración, claro, al tratarse de un cómic juvenil de héroes/villanos en mitad de una web especializada en literatura, se ha quedado sólo en Está bien, pero a todos aquellos que disfrutéis del género os parecerá que merece un Recomendable o tal vez más.

He comentado que es un cómic de héroes/villanos, aunque esto no es del todo cierto. La historia tiene como protagonista a Dave, un adolescente aficionado a los cómics que, de un día para otro, le da por enfundarse un traje de neopreno y salir a patrullar las noches en busca de gente chunga (para darles su merecido, se entiende). Nuestro Quijote particular, en su intento de ser un superhéroe, recibe una paliza de muerte de la que sale vivo por los pelos. Como, tras su recuperación, Dave tiene protegida la cabeza por unas placas metálicas intracraneales, ha perdido buena parte de sensibilidad al dolor, y esto es un cómic, el muchacho vuelve a las calles, salva a un chico de ser zurrado por unos gangstas del gueto y se convierte en Kick-ass, un fenómeno social.

Sin lanzar las campanas al vuelo, hay que reconocer que la historia tiene tirón. Es cierto que el personaje principal no es lo mejor que se despacha, pero tampoco es la intención. De hecho, desde un primer momento se sitúa a Dave como lo que es, un chaval corriente y moliente que, tal vez, está demasiado pillado por los tebeos que consume. En este punto, hay que resaltar el lenguaje usado, no ya sólo correcto, sino más que acertado y no exento de ironía y humor (negro).

El ritmo es propio de un cómic de los buenos, rápido, intenso, constante, por lo que deja pegado al lector y que le hace correr el serio riesgo de zamparse sus 200 páginas de una sentada. Y es una pena, ya que los dibujos estilo Cartoon de John Romita Jr bien valen tomarse un tiempo para observarlos con detalle. A veces, eso sí, cuesta ver esos detalles detrás de los chorros de sangre que aparecen desde la misma portada.

Pero, sin lugar a dudas, el puntazo de este libro es el personaje de Hit-girl, una niña de diez años también convertida en superhéroe, que aúna la dulzura propia de una pequeña de su edad, con  la sangre fría de una asesina ninja sin escrúpulos. Por ejemplo, nadie más que ella puede decirle al protagonista: ¿Me das el lanzallamas que hay dentro de mi mochila de Hello Kitty? Todo un descubrimiento.

Va a gustar más o menos, pero leerlo supone un rato agradable, cosa muy de agradecer.