Desde Libros prohibidos hoy comenzamos una temporada nueva. Arrancando de nuevo los Premios Basckerville de 2020, con nuevas ideas y con metas frescas. No se nos ocurre mejor idea que arrancar con un pequeño de resumen de cuál es nuestra recomendación del año pasado. Con estos títulos cerramos la puerta de 2019 y empezamos con el ritmo habitual de publicaciones.
Javier Miró: Quien teme a la muerte, Nnedi Okorafor
Mi favorito del año es Quien teme a la muerte, de Nnedi Okorafor. A mí no me había gustado demasiado Binti, por lo que fue un gran placer encontrar por fin la conexión con la autora. También fue maravilloso dejarme llevar por esta magia africana tan evocadora y tan distinta a lo que solemos estar acostumbrados. Una maravilla.
Ana Casanova: Rosalera, Tade Thompson
Un telépata con un pasado oscuro que trabaja para el servicio secreto de Nigeria ve amenazada su vida cuando sus compañeros empiezan a morir uno tras otro. Todo apunta a que tiene algo que ver con la cúpula de origen alienígena que una vez al año sana a los enfermos, alrededor de la que se ha formado la ciudad epónima.
Tade Thompson teje con un pulso envidiable un thriller de ciencia ficción en el que saltamos del presente al pasado de su protagonista y poco a poco se nos desvela su historia, la de la cúpula y la de Rosalera. Un caramelito para los amantes de las historias de primer contacto.
Laura S. Maquilón: Pakminyó, Felicidad Martínez
Desde que leí La mirada extraña, para mí Felicidad Martínez se convirtió en una indiscutible del género en España. Y entonces se le ocurre publicar una saga de fantasía, y lo hace sin dejar atrás lo que más me embrujó de sus novelas cortas de ciencia ficción: la creación de sociedades a partir de rasgos y elementos muy concretos, y a partir de ellas construir una historia que sirva para poner en perspectiva nuestra propia sociedad.
Pakminyó es divertido, entretenido y mágico, lleno de amistad, con un fuerte sabor a anime y a Corea, sin dejar a un lado la crítica social, la superación personal, la revolución o el mensaje ecológico. Le Guin decía que había que plasmar alternativas al capitalismo, y esta obra sale bien airosa.
Loreto ML: Reinos de cristal, Iria G. Parente y Selene M. Pascual
Las dos autoras cierran una saga que nos lleva acompañando durante muchos años y con un final que no dejará indiferente a nadie. Con una historia interesante, intrigas y buenos personajes, Reinos de cristal te atrapará desde el principio y solo te soltará cuando te haya destrozado el corazón por decirles adiós.
Ana Morán: Las Mocedades de Rodrigo, Almijara Barbero Carvajal
Una novela que alegra un día gris. Esta revisión queer y fantástica de la leyenda del Cid, o más bien de sus inicios, es un locurón, pero también es emotiva cuando resulta necesario. Original, dinámica, bien escrita; está poblada por personajes que se ganan rápido nuestro interés, o incluso rendida admiración. Ante todo, es una obra muy divertida, que sabe jugar con los diversos registros del humor y te hace soltar más de una carcajada a lo largo de la lectura.
Yaiza C: La última mujer de la Mancha, Enerio Dima
Esta es una novela que se devora de una sentada, porque no puedes parar hasta averiguar lo que está pasando y porque quieres saber qué ocurre con la protagonista.
la última mujer de la Mancha es un relato sobre la soledad y las relaciones humanas en una Castilla La Mancha donde todo el mundo parece haberse esfumado, excepto Leo, una mujer mayor con cáncer. A pesar del punto donde arranca la obra y de que narra una situación muy dura, es una historia donde sobrevive la esperanza.
Lucas Albor: Vida después de la muerte, Damien Echols
En 1993, Damien Echols, junto con Jason Baldwin y Jessey Misskelley Jr., fue condenado por unos terribles crímenes que ninguno de ellos habían cometido. Echols fue condenado a muerte y pasó 18 años encerrado hasta que pudo demostrar su inocencia.
Sin embargo, «Vida después de la muerte» trasciende la brutalidad de los hechos que narra y se erige como una obra capital del realismo sucio, a la altura de autores como Carver o Bukowski, y también como una auténtica guía espiritual hacia la esencia de lo humano, donde la verdad, la justicia, el amor y la belleza prevalecen sobre el horror, el odio o la impotencia.
Mariela: Buscando a Jake y otros relatos, China Miéville
Buscando a Jake y otros relatos, publicado por La máquina que hace ping, es una mirada a un China Miéville en sus años iniciales, en proceso de pulido. No en lo referente a forma y estilo; su barroquismo y su gusto por mostrarnos las aristas de la realidad ya estaban ahí, en estos primeros relatos de su producción. Pero sí en lo referente a su faceta contestataria, airada. El Miéville de profundas raíces socialistas se muestra aquí más agreste, crítico y desencantado que nunca, y esos sentimientos a flor de piel impregnan cada una de las historias. Ciudades convertidas en entes vociferantes, que nos devoran y se devoran; el sistema como burla del ser humano, como garra ineludible; y la posición del Otro como enemigo a veces incomprendido. Un Miéville hipnótico, que como siempre nos hace pensar a través de imágenes inquietantes que apelan a nuestros miedos primordiales. Merece la pena conocer esta faceta “menor” de su obra, aunque ya hayamos paseado por las calles de su Nueva Crobuzón o su París dadaísta.
Maritxu Olazabal: La voz de Amunet, Victoria Álvarez
Pese a ser una obra larga, La voz de Amunet es la pieza perfecta para comenzar con Victoria Álvarez. A caballo entre el Egipto antiguo y el París napoleónico, te lleva a las aventuras de una hechicera del antiguo Egipto que viajará por el tiempo de forma póstuma. Sobre todo es un libro de aventuras, de las que atrapan y te hacen querer leerlo varias veces y una prueba de fuego. Si este libro seduce, toda la obra de su autora se abrirá sola. Pese a ser una novela juvenil, y como pasa a la buena literatura juvenil, es adecuada para cualquier edad y una carta de presentación maravillosa de lo que se está escribiendo en España para los adolescentes. Rica y compleja, presume curiosidad y cultura general en el lector, pese a que explica los grandes datos de una forma suficiente para que cualquiera entienda de qué está hablando. Sin duda una de las novelas mayúsculas del pasado año.