Año: 1994
Editorial: Miraguano / Crononauta (2019)
Género: Ciencia ficción
En las charlas a las que asistí en la Eurocon 2016, uno de los libros que se mencionaba y recomendaba de forma constante era Consecuencias naturales. Dos años después, Elia nos contaba que Crononauta recuperaría este clásico de la ciencia ficción española en una nueva edición con arte y diseño de cubierta de Mercedes Palacios. Sin duda, una buena noticia para el género, que no puede olvidar de dónde viene para seguir avanzando.
¿Consecuencias merecidas?
Cuando hablé de Consecuencias naturales en el podcast de La Nave Invisible, la definí como la historia en la que Bertín Osborne se queda embarazado de una alienígena, en un chiste ya antiguo derivado de la ilustración de cubierta de la antigua edición. Yo aún no había leído la novela, pero, tras haberlo hecho, puedo afirmar que el resumen de la trama no se aleja mucho del chiste, quitando los parecidos físicos y el género del ser extraterrestre.
El futuro que imagina Barceló dentro de varios siglos tiene bastante de soñado: viajes espaciales, igualdad de género. Sin embargo, también tiene elementos de pesadilla extraídos de un tiempo que, si bien podríamos situar en la era de los dinosaurios, resulta dolorosamente actual. Nicodemo Andrade es un «macho casi arquetípico», como bien recuerda Teresa López-Pellisa en el epílogo de la presente edición. Se pavonea de sus conquistas sexuales y su hombría por la nave espacial Victoria y ante sus amigos. Por eso, cuando sabe que una nave alienígena los visita, se propone el reto de mantener sexo con una de sus hembras.
El problema viene cuando los conceptos de hembra y macho (o mujer y hombre, mejor dicho) no se corresponden con nuestras preconcepciones. Quizá este es un tema del que hoy día somos mucho más conscientes, por lo que el binarismo imperante en el libro nos puede chocar más, pero no podemos olvidar que estamos hablando de 1994. La contextualización en este sentido es primordial, y también hay que tener en cuenta que la realidad trans todavía resulta extraña para muchas personas. Por ello sigue siendo necesaria la existencia de obras que pongan en entredicho las definiciones de hombre y mujer.
En Consecuencias naturales, Barceló se acerca a este tema apoyada en la expresión paródica del sistema patriarcal. Nico es un meme andante, elude responsabilidades por doquier con la excusa de que es un hombre y «si hay algún problema, no será mío». Y entonces llega el varapalo. Llamémoslo karma, llamémoslo justicia cósmica, el caso es que «le toca vivir la experiencia del Otro femenino, y ser tratado como una mujer en una sociedad patriarcal». Las consecuencias que tendrá este hecho en la forma de ser del personaje tendréis que descubrirlas, pero ya os adelanto que la autora juega mucho con los sentimientos del lector en ese aspecto: ¿merece Nico nuestra lástima y empatía o no?
La antinaturalidad de lo natural
«Nacer con un órgano sexual u otro no tiene que determinar nuestra sexualidad, ni nuestra profesión, ni que tengamos que ser madres o que tengamos que ser padres, ni que tengamos que ser una mujer o que tengamos que ser un hombre». Teresa López-Pellisa en el epílogo Naturales (in)consecuencias.
Lo natural es aquello relativo o perteneciente a la naturaleza, en contraposición con lo artificial. Sin embargo, cuando hablamos de «lo natural» en cuestiones de género, se suele aludir a otra definición: «regular y que comúnmente sucede». En el epílogo de Consecuencias naturales se hace hincapié en el conflicto que puede crear esta concepción, dado que por lo general hablamos de hombre y mujer como conceptos naturales, y sin embargo son artificios creados por la sociedad a la hora de clasificar unas casuísticas. Cuando creamos un concepto, simplificamos la realidad; el problema se produce cuando tomamos el concepto como la realidad, dejando la diversidad que rodea al concepto en un limbo indeterminado.
No es momento para hacer un postulado filosófico sobre el tema, pero es importante entender el papel que juegan estas construcciones en nuestra sociedad para comprender cómo se construye la novela de Elia Barceló y qué valor tiene. Tradicionalmente se ha separado a los humanos entre hombres y mujeres, conceptos ligados a la sexualidad y a la definición de macho y hembra. Sexo y género eran lo mismo, los genitales definían el grupo social al que pertenecías y cualquier otra cosa se consideraba (y se sigue considerando en muchos casos) antinatural, una enfermedad, una excepción. Esta definición viene, además, aparejada a unos roles de género hasta el punto de que, en la actualidad, es difícil disociar hombre o mujer de ellos.
¿Qué es ser hombre? ¿Qué es ser mujer? Es el tema principal de Consecuencias naturales. Ya lo encontramos en La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula K. Le Guin. Los habitantes de Invierno son andróginos y, aunque su protagonista los trata en masculino, menciona en varias ocasiones que según el tema que traten le parecen más o menos femeninos. Andrade también hace un juicio respecto a los Xhroll por su mero aspecto, ya que son humanoides, lo que deriva en su embarazo no deseado. Sin embargo, no se queda ahí. Durante toda la novela existirá conflicto entre lo que ven los personajes y el tratamiento que reciben, relacionándolo con un extremo u otro de lo que es el espectro de género. El entendimiento entre las dos sociedades se complica porque los Xhroll son reacios a hablar de cuestiones referidas al sexo y su jerarquía se sustenta en ello, así que vamos a ciegas y solo de vez en cuando la autora nos va dando datos a través de la interacción de los personajes.
De esta forma, Barceló nos recuerda continuamente que lo que tomamos como normal puede ser extraño a ojos de otros, puesto que se trata de constructos sociales. Los Xhroll no se dividen entre hombres y mujeres, sino entre fértiles y estériles y, dentro de los fértiles, entre quienes implantan y quienes son implantados. En una especie a punto de extinguirse por escasa natalidad, esta división es la natural. Mientras, son incapaces de entender nuestra división entre hombres y mujeres (porque no tienen estos conceptos), y menos aún cuando es un hombre el que ha sido implantado. Es más, les resulta aberrante que los humanos elijan ser estériles la mayor parte del tiempo y que puedan pasar de estéril a fértil a su antojo. Es en este punto donde llegamos a otro de los grandes temas de esta novela.
Consecuencias de la maternidad
El embarazo de Nico no es solo una forma de venganza, sirve también para ahondar en algo clave no solo en la sociedad Xhroll, también en la nuestra, en la pasada y en la presente. La ciencia ficción nos habla del ahora, no del futuro, y esta no es una excepción. En este caso, ese presente está sobre todo en la relación de la reproducción con el poder.
Como he dicho al principio, Andrade simula tomarse un anticonceptivo a sabiendas de que el problema no sería suyo. No solo le sale el tiro por la culata, sino que además, por la naturaleza de la concepción, es imposible provocarle un aborto. El personaje se ve obligado a seguir adelante con un estado que desprecia y no solo eso, sino a adquirir un papel pasivo en todo su desarrollo. Los Xhroll tratan a sus miembros fértiles con capacidad de ser implantados del mismo modo que se trataba (y se sigue tratando en demasiados casos) aquí a las mujeres: seres inválidos que necesitan ser cuidados continuamente y estar a cargo de otra persona que decide y habla por ellas.
En este contexto nos viene a la cabeza nuestra Historia, en la que quienes gobernaban y decidían eran siempre los hombres, y cualquier intento de cambiarlo se percibía (y se percibe) como una amenaza. También temas como la gestación subrogada y el dilema de hasta qué punto es ético llegar por la supervivencia.
Un aspecto que me ha gustado mucho es el propio tratamiento del embarazo de Nico no como un estado clínico, sino también mental y hormonal. Dudas, alienación, soledad, dolor. Barceló nos relata toda una experiencia que rara vez encontramos en la ficción especulativa, y eso también tiene un gran valor.
Sociedad y lenguaje
Puede que sea una percepción personal, pero este es el apartado con el que menos he congeniado de la obra. El hecho de que haya una igualdad de género administrativa pero no de facto no me acaba de cuadrar, o quizá es que no quiero creérmela. No solo es que Nico Andrade sea machista, sino que a pesar de llevar un par de siglos con ese sistema (o eso me ha parecido entender), más bien parece que lleve menos de una generación. Me parece factible que en un sistema igualitario haya voces que tiren hacia un lado u otro (igual que en el sistema patriarcal existe el feminismo); sin embargo, al igual que las feministas podemos tener actitudes machistas por la educación que hemos recibido, me choca que prácticamente todos los personajes humanos sigan teniendo dejes machistas cuando parece que llevan tanto tiempo en un sistema igualitario.
Es la misma razón por la que el uso del lenguaje, a pesar de su clara intención paródica, no termina de funcionar cuando se ve que los personajes no lo tienen naturalizado, lo que da la sensación de ser un cambio reciente. La forma de tratamiento igualitario en el lenguaje es el desdoble de términos en masculino y femenino, extendiéndose a determinantes, adjetivos, etc. Pero hay ocasiones en las que no se utiliza, sino que aparece en momentos más pensados y oficiales. Al igual que hizo hace unos años Javier Negrete en «Los centinelas del tiempo», también me genera dudas si la parodia va dirigida a la forma de retorcer el lenguaje o la inclusividad en sí misma. Lo que sí está claro es que no es un tema de hoy, sino que lleva en debate mucho tiempo.
Sí que me ha gustado más el tratamiento del lenguaje en cuanto a la comparativa entre Xhrolls y humanos. Los Xhrolls son extremadamente literales y se circunscriben en exclusiva al lenguaje verbal. La entonación o los gestos se les escapan y son muchos los equívocos que se producen cuando Charlie tiene que entablar conversación con ellos. Charlie es la tripulante de la Victoria que se hace cargo de Nico. La mayor parte de lo que sabemos sobre los Xhroll es gracias a sus propios descubrimientos. Es curioso, porque aunque en la portada aparecen Nico y Ankkhaia, la Xhroll con la que tiene sexo, y los temas están más vinculados a ellos, es gracias a Charlie que tenemos una novela. Es ella quien la conduce, quien nos descubre a los alienígenas, quien hace de intermediaria y, en ocasiones, de mecha para que la acción continúe. Muchas de las reflexiones que encontramos en Consecuencias naturales son suyas o nos llegan a través de sus ojos, hasta que llega un momento en que nos preguntamos si no es ella la verdadera protagonista de esta historia.
En definitiva, a pesar de los 25 años transcurridos, Consecuencias naturales tiene un mensaje que sigue vigente hoy en día, quizá con algunas matizaciones, pero igualmente actual. Eso la convierte en una lectura necesaria y muy recomendable, sobre todo para entender la lentitud de los cambios sociales. Ha pasado un cuarto de siglo y seguimos preguntándonos por el derecho al aborto, por la posición de la mujer en la sociedad, seguimos luchando contra los prejuicios, contra el binarismo, contra los roles de género. Elia Barceló ahonda en todos estas cuestiones con el estilo fluido al que nos tiene acostumbrados, dejando también lugar a la interpretación y reflexión de los lectores, introduciéndonos de forma activa en toda esta trama. Sin duda, es un clásico de nuestra ciencia ficción que no nos podemos perder.