Título original: Girl like a bomb
Idioma original: Inglés
Año: 2019
Editorial: Orciny Press (2020)
Traducción: Hugo Camacho
Género: Novela (fantasía/erótica/negra)
Obra perteneciente a la sección oficial de los Premios Guillermo de Baskerville 2020
Beverly Sykes es una adolescente cualquiera en una ciudad cualquiera de Michigan. Después de perder la virginidad con Spider, un chico malo con cicatrices en las muñecas y botas militares remendadas con cinta de embalar, emprende la búsqueda de esa sensación de inevitabilidad, de hundirse encadenada en el agua, al acostarse con jóvenes atormentados. Pero pronto se corre la voz de que Beverly tiene un don: cada vez que practica el sexo con alguien, tiene lugar una explosión psíquica más potente que cualquier orgasmo que transforma para siempre a su pareja en la mejor versión de sí mismo. Spider abandona sus adicciones, busca un trabajo y una relación de pareja sana y el resto de amantes de Beverly lo siguen.
Y como dijo el filósofo, un gran poder conlleva una gran responsabilidad, así que Beverly se embarca en un viaje vital febril para tratar de salvar al mundo follándoselo. No quiero arruinaros la historia con más detalles, pero Una bomba en mi interior se divide en seis partes y abarca varias décadas de la vida de Bev; en cada una de las partes, Christian da una vuelta más de tuerca al concepto inicial y lo deconstruye hasta sus últimas consecuencias. Y es una auténtica odisea.
Historia de una femme fatale
Una bomba en mi interior tiene mucho de novela negra, diría que bastante más que de bizarro. No porque la protagonice un detective atormentado con un pasado oscuro ni porque haya que resolver un asesinato, sino por la forma de contar la historia. Con una prosa sin florituras, encarnada y sangrante; cada escena cobra vida a través de pinceladas sensoriales que tienen bastante de cinematográfico, como el destello de un cuchillo a la luz de la luna o el tacto de unas sábanas de satén. Lo cual no impide que por la trama desfilen agentes del servicio secreto, huidas en coche y conspiraciones gubernamentales.
Echaba de menos la versión suicida y de guitarrista de dos cuerdas de él. Debía de haber algún imperativo biológico dentro de mí para querer siempre a los chicos malos, a los que parecía que vivían en cuevas y en lo alto de los árboles, o que salían del mar, más espuma y esporas que seres humanos. […] Venga, vamos a crear algo nuevo a partir de cosas muy, muy antiguas. Bailemos la danza al son de la cual las moléculas se han estado organizando desde los albores de la vida.
Se trata de un libro acerca del poder tanto hipnótico y peligroso como redentor del sexo. La fuente de toda vida, el Primer Sacramento, tal y como Bev lo describe, una fuerza primigenia y potente que arrastra, excita y conmueve de una infinidad de maneras a casi todos los seres humanos. Por sus páginas desfilan pequeñas odas encadenadas al deseo femenino, pero también hay ocasiones para reflexionar acerca del trabajo sexual, la maternidad y la difícil relación entre ambos, así como la salud mental, el crecimiento personal y los afectos. Y sí, también intervienen maniobras geopolíticas y aparecen muchos hombres encorbatados, importantes y terriblemente ocupados.
El cuerpo tiene razones que la razón no entiende
La sensualidad y corporalidad de Una bomba en mi interior nos remite al género noir porque es históricamente uno de los pocos que ha tenido las gónadas de hablar de cuerpos y de los deseos que las mentes bienpensantes han visto como depravados; estoy convencida de que también bebe de la novela erótica y romántica que habitualmente se relega a lectura femenina para las que están solteras o quieren un descanso del marido, pero la que escribe no ha leído suficientes de esas para trazar la genealogía.
Christian emplea como herramienta clave las metáforas visuales, sensitivas y emocionales para transportarnos al interior del cuerpo de Bev; no tanto a lo que ve y oye, sino a lo que siente, huele, anhela:
Lindsey me susurró al oído, casi en tono de burla:
—Dámelo todo, angelito.
Y entonces supe que aquello estaba planeado.
Sabía exactamente qué era lo que quería de mí, y no lo pude evitar.
Me convertí en un prisma de luz, en un panal de abejas interestelar de placer. Arqueé la espalda y clavé las rodillas en Lindsey y en las piernas del hombre que ella tenía debajo, y juro que oí cantar a un coro de ángeles.
A título completamente personal, disfruté más las cuatro primeras partes que las dos últimas: no me terminaron de convencer las dos últimas vueltas de tuerca, pero esto creo que se debe más a gustos y circunstancias propios que a que no estén bien ejecutados o justificados. Como ya he mencionado, la novela conjuga diferentes temas que orbitan a los del sexo, el deseo y los afectos, y no empatizo con todas las decisiones narrativas que toma Christian, lo cual no quiere decir que no sean correctas.
En cuanto al trabajo de edición, creo que se le puede achacar que haya sido algo acelerado, seguramente debido a la necesidad de que el libro estuviera listo para las ferias y eventos primaverales que, para colmo, se van visto seriamente afectados por la pandemia de coronavirus. Desde Libros Prohibidos os animamos a que apoyéis a la industria editorial de la manera que podáis, ahora o cuando la situación mejore. En cualquier caso, la experiencia de lectura sigue siendo totalmente recomendable.
Por último, y por si alguien no se lo había imaginado ya, quiero subrayar que si bien Una bomba en mi interior se encuadra por completo en el género erótico, no es un libro que busque excitar al lector; puede hacerlo, pero no es su objetivo. Trata más bien de reflexionar y ahondar en el laberinto de deseo, anhelo, afectos y relaciones inter e intrapersonales en el que todos vivimos, cada uno a nuestra manera.
En cierto sentido, todos llevamos una bomba en nuestro interior.