Título original: The Kept Woman
Idioma original: Inglés
Año: 2016
Editorial: Harper Collins
Traducción: Victoria Horrillo Ledesma
Género: Novela negra
Valoración: Mejor no
Terminé de leer este libro hace unas semanas, pero he estado posponiendo esta reseña. Y es que me daba bastante pereza, fundamentalmente porque considero que es un libro que no tiene nada que aportar, así que poco se puede decir de él. Pero bueno, allá vamos.
La mujer oculta es una novela negra y comienza, como no podía ser de otra manera, con la aparición de un cadáver. En este caso, un expolicía con un picaporte clavado en el cuello que, pese a todo, parece haber muerto por causas naturales debido a sus problemas de riñón. Lo misterioso de la escena del crimen es que hay una gran cantidad de sangre por todas partes que no pertenece al cadáver, y que apunta a que la persona de la que proviene debe de estar muy cerca de la muerte. El descubrimiento de un par de objetos y un análisis del tipo de sangre sugieren que la “mujer oculta” no es otra que Angie, la psicopática casi-exmujer de uno de los policías a cargo del caso. Comienza entonces una búsqueda a contrarreloj por encontrar a Angie, mientras el policía en cuestión tiene que lidiar con sus propios demonios ante la perspectiva de que la mujer que tanto amaba y ahora tanto odia pueda estar muerta.
Sirva esto a modo de sinopsis, aunque en realidad me he dejado muchas cosas en el tintero. Pero es que resulta un libro muy complicado de sinopsizar, por el enorme embrollo de la trama (de hecho, en la contraportada, la sinopsis tiene cuatro párrafos). Ese es uno de los mayores problemas que tiene este libro. La autora ha querido que la trama sea impredecible, y para ello ha metido una gran cantidad de personajes y de subtramas, todos conectados entre sí de una forma bastante estrambótica. Y, bueno, en ese sentido, misión cumplida, ya que (¿SPOILER ALERT?) ¿quién iba a imaginar que un libro que comienza con el cadáver de un expolicía con un picaporte clavado en el cuello en un edificio abandonado iba a terminar con un jugador de baloncesto volándose la tapa de los sesos en un centro comercial?
Dejando a un lado lo dudoso de la estrategia de complicar una trama porque sí, en este caso la ejecución es bastante torpe. Para empezar, porque en ocasiones parece una telenovela más que un thriller; hay muchas más relaciones de parentesco entre los distintos personajes de lo que puedes llegar a creerte. De ser real, el departamento de policía encargado del caso sería el más endogámico de la historia. Segundo, porque en muchas ocasiones la complicación es innecesaria; más de una subtrama se podría haber eliminado sin problemas. Y para finalizar, porque, al ser tantos, los personajes no quedan lo suficientemente desarrollados, y muchos de ellos terminan resultando planos e insustanciales.
A pesar de tener un argumento tan enrevesado, La mujer oculta parece un libro escrito a toda prisa: lleno de redundancias, frases mal redactadas que hay que leer varias veces para comprenderlas, diálogos antinaturales, perogrulladas del estilo de “Sara sabía, por su primer matrimonio, que la única manera infalible de hundir una relación sexual era dejar de practicar el sexo”, y múltiples momentos de vergüenza ajena, como:
Su contacto fue como un bálsamo. Le alisó la frente. Le secó las lágrimas. Acarició su mejilla. Sara contuvo la respiración cuando le rozó los labios con el pulgar.
—¿Quieres que pare? —preguntó él.
—Quiero que hagas eso mismo con la boca.
Por lo demás, es un libro que está muy mal escrito. Esto último supongo que es en parte culpa de la autora, como muestra este último ejemplo, pero seguramente la nefasta traducción tenga bastante que ver. Nos vamos a encontrar con perlas como “no quiero sentir que soy plato de segunda mesa”, “Jo trataba de volverse invisible, sin comprender que era el tipo de mujer del que no podía apartar la mirada”, “aquí dentro hay tropecientos grados centígrados” y “carpeta sucia” para traducir dirty carpet (moqueta/alfombra sucia).
Un libro que se me ha hecho muy cuesta arriba; me ha costado muchísimo acabarlo y todavía más reunir las fuerzas para escribir esta reseña. Así que, amigos, hagamos que mi esfuerzo no quede en balde. Pasad de leéroslo, por lo que más queráis.