¿Crees que hay un signo característico de la CF latinoamericana?
L.C.B: Pues mira que ese ha sido el estudio de investigación de Rodrigo Bastidas, que es como el editor de Vestigio y profesor de literatura. Él dice que el rasgo característico es justamente eso que señalaba Erick Motta, el de los conocimientos ancestrales, que no tienen como un límite fijo sino que son permeables y una cosa se mezcla con la otra, con las ciencias duras. Incluyendo la religión, la magia, los conocimientos indígenas, ese tipo de cosas. Entonces no me parece extraño que sea así, como que cuando hablamos de ciencia ficción en Latinoamérica, me parece que lo que uno piensa en cosas como bueno ¿qué es lo cara?, ¿qué es lo que nos hace a nosotros? Entonces, tal vez, en parte tiene que ver con eso, pero también creo que la ciencia ficción ha tenido mucho que ver con las ciencias sociales en especial. No las ciencias duras, como la matemática y la física necesariamente, aunque hay, por supuesto, libros de ciencia ficción que tienen que ver con eso. Pero sí intentar hablar de nuestras realidades y de nuestros problemas sociales a partir de la ciencia ficción. De la sociología, de la antropología y la agronomía. Tal vez por eso el cyberpunk nos cae al guante en Latinoamérica, porque esa concentración, de pobreza y tecnología, todos esos elementos revueltos, son muy cyberpunk. Yo estoy de acuerdo con Erick Motta, me parece que esa permeabilidad entre las ciencias duras, las ciencias humanas y los conocimientos ancestrales, nos caracteriza.
Pienso en tu cuento «Eufóricos caminantes nocturnos». Me gustó por el trato que se le daba al tema del conflicto armado en Colombia. ¿Cómo tratar temáticas como las de los falsos positivos y el desplazamiento sin trivializarlas, pero tampoco rayar en lo solemne?
L: Esa es una pregunta que nunca me habían hecho. Yo creo que uno puede escribir desde lo que siente y desde lo que sabe. Siento también que el realismo, al menos a mí, no me funciona tanto. Me parece que la ciencia ficción y la fantasía permiten hablar de esos temas desde el lenguaje personal y desde las experiencias que uno ha tenido. Cuando crecí veía esto, todos los días las noticias de la guerra en la televisión y como que cuando uno es chiquito pues no entiende, pero a medida que va pasando el tiempo uno lee un poco más, entiende un poco más qué es lo que está sucediendo, quiénes son las personas que están detrás e incluso no me parece mal, digamos, utilizar la literatura para incluso intentar, no sé si solucionar o calmar algún problema. Por ejemplo, para mí el tema de los desplazados, en el cuento de la antología de Cronómetros, me surge simplemente de ver cómo hay gente a la que sacaron de su tierra. Si a mí me sacan de mi casa por alguna razón que yo crea válida, yo voy a querer retomar esa tierra de alguna forma. Al menos de alguna forma simbólica. Entonces creo que es ese dolor de perder la casa, de perder incluso la familia, de que lo saquen a uno porque sí o porque no lo quieren acá, o porque quieren la tierra y todo ese proceso, además, de las pérdidas de las tierras y de los pueblos y de todo lo que sucedió en los noventa. Es muy doloroso y siento la impotencia de no poder hacer nada. La forma de resolverlo, si yo no puedo hacer nada, al menos como venganza en un cuento. A pesar de ser un tema delicado, hay un nivel de discurso, de crítica que se puede hacer a través de la ciencia ficción y de la fantasía.
Leí El Gusano el año pasado, en el primer mes de la cuarentena y no me lo podía creer. Pensé, primero, que la novela había sido escrita en marzo del 2020… después pensé en que, obviamente, no podía ser así. De inmediato me pregunté por lo que estaría pensando el autor, si la cabeza le había explotado cuando vio las noticias y el pedido de distanciamiento social… ¿qué tan cierto crees que es esto que dicen que la CF se adelanta a ciertos acontecimientos políticos, sociales y tecnológicos?
Cuando eso pasó el año pasado, mucha gente me dijo lo mismo, está pasando lo mismo que pasa en El Gusano… pero yo obviamente no estaba pensando en un virus como ese o cómo la gente tiene miedo del contacto. Ha pasado en la historia, ¿no?, que algún tipo de tecnología de ficción aparece en el futuro real. Creo que Arthur C. Clark habla sobre tabletas, perdón, Ray Bradbury habla sobre tabletas en las que podemos leer libros o la idea de un celular o vídeo llamadas en Los Súper Sónicos o James Bond o Dick Tracy y la idea del relojito con video llamada. Pero por supuesto hay otros futuros que nunca pasaron o van a pasar. Como los carros voladores o quién sabe, al menos no llegaron cuando los esperábamos. Es casi natural que todos tenemos unas ideas colectivas de lo que se nos ocurre que va a suceder. Ahora todo el mundo está pensando en que el futuro es la inteligencia artificial, la vigilancia, las sociedades de control… pero también la gente está pensando en edificios auto-sostenibles, energías renovables, ese tipo de cosas. Creo que somos, de alguna forma, producto de nuestro tiempo. Las ideas que yo me puedo imaginar del futuro tienen el límite del tipo de sociedad en la que vivo, lo mismo sucede con Verne, con Bradbury, con Clarke… hay algunos que son casos extraordinarios y supongo que tiene que ver mucho con la imaginación. Creo que eso es lo más divertido de hacer CF, es como bueno, qué va a pasar en cinco mil años, ¿me puedo imaginar el mundo? Es algo ya muy lejano y uno solo puede usar los referentes que ya conoce, unir cosas, por ejemplo, no sé, imaginarse una monarquía, pero controlada por robots y alguna otra cosa… todo eso se puede fusionar. Finalmente, es un ambiente de ideas que todos compartimos y lo que uno hace es ser como un receptor de esas ideas y termina haciendo lo que otra persona estaba pensando.
Estas reflexiones que hace Philip K. Dick con la religión o la divinidad, ¿son cosas que te influencian?
A mí me gustó mucho VALIS. Es un libro que uno podría decir que no es de ciencia ficción, sino que es un libro religioso …en el que el autor hace referencias al gnosticismo cristiano. Creo que el tono del libro me influenció muchísimo. K. Dick tiene esas preguntas sobre dios y lo místico…de hecho comencé a escribir El Gusano después de leer VALIS... estoy muy influenciado por ese libro.
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Iustraciones: Andrés Arroyave [@ulises_zine]