Charlotte Cory: Los que no perdonan

Título original: The Unforgiving
Idioma original: Inglés
Año: 1991 / 2016
Editorial: Ediciones Nevsky
Traducción: James y Marian Womack
Género: Novela
Valoración: Recomendable

Hay libros tan peculiares que una reseña jamás les hará justicia. Más que ser reseñados, merecen ser leídos. Y aunque siempre lo intento, a veces es muy difícil comentar la trama de una obra sin contar demasiado. Ese es el caso de la sorprendente novela que me dispongo a destripar lo menos posible a continuación: Los que no perdonan. Empecemos por la sinopsis.

Edward Glass tiene una única misión en el mundo: ordenar el caos en fantasiosos edificios que son la sensación de toda Inglaterra. El arquitecto vive obsesionado con esa obra maestra que le elude, y en la que al fin plasmará su visión única para la posteridad. Cuando el fallecimiento de su esposa amenaza con destruir su frágil universo, Edward improvisa un arreglo al armazón de la estructura familiar: casarse con la joven viuda Elizabeth Cathcart. Pero Elizabeth no es la joven inocente que Edward cree… como tampoco tienen nada de inocente la gruñona ama de llaves, la frustrada doncella, el embaucador espiritista doctor Morgan, o la intrépida exploradora Lady Blouvier. En una casa llena de secretos, pasiones ocultas, y deseos inconfesables, las tres hijas del arquitecto, Stacia, Milla y Helen, son testigos de los intentos de sus mayores por vencer ese caos terrible que se empeña en descender sobre todo… Décadas más tarde, cuando el oscuro legado de Edward Glass y de sus contemporáneos sea cuestionado en un Londres que arde bajo las bombas enemigas, mucho más amenazará con venirse abajo, con desastrosas consecuencias.

Los que no perdonan se convirtió en 1991 en la ópera prima de Charlotte Cory. Nunca publicada en nuestro país hasta ahora, es la carta de presentación de una autora que parece llegada de otra época. La segunda parte de la sinopsis que podemos leer en la contraportada del libro afirma que estamos ante una comedia negra, un pastiche victoriano de humor descarnado. En mi opinión, lo que hace tan especial a esta novela es la importancia de los personajes, tanto principales como secundarios, bien definidos y aportando cada uno su granito de arena a la trama.

Edward Glass es el arquitecto que firma sus trabajos como Arcanum Arcanorum y que está obsesionado con completar una obra maestra que parece no llegar nunca. Dispuesto a todo para alcanzar sus objetivos, tras la muerte de su primera esposa no duda en contraer matrimonio de conveniencia con Elizabeth Cathcart para poder dedicarse por completo a su trabajo. Elizabeth es la mujer que se encuentra en el lugar preciso en el momento preciso y a lo largo del libro demuestra ser mucho más de lo que aparenta. Detalles como el de desconocer las fechas de los cumpleaños de sus tres hijas reflejan la personalidad de Glass, un hombre al que cada lector debe calificar con el adjetivo que crea más apropiado.

Stacia, Milla y Helen son las hijas de Edward. Tres personalidades diferentes que oscilan entre el pragmatismo de Stacia, cuya única pretensión es encontrar un buen marido, y los buenos propósitos de Helen, siempre dispuesta a echar una mano a quien lo necesita. Milla, por su parte, juega un papel guerrillero que la lleva a enfrentarse a algunos de los personajes de la novela. Protagoniza una subtrama en la que Cory transmite, con acierto, la errónea idealización que a veces hacemos de personas que admiramos sin conocerlas personalmente. Milla envía a Pasha, su escritor favorito, una carta en referencia a su último libro y termina quedando con el escritor, siendo consciente de que la idea que se había hecho de él dista mucho de la realidad.

Otros personajes destacados de esta novela coral construida por Cory son la señora Curzon, la ama de llaves que no olvida a la primera señora Glass y que conoce todos los secretos de la casa; Emily, la institutriz que se encarga de la educación de las niñas y que tiene como afición completar traducciones de antiguos volúmenes escritos en latín y griego; el doctor Morgan, el espiritista que no podía faltar en la Inglaterra victoriana; la exploradora Lady Blouvier; Philip Eames, el ayudante del arquitecto, un personaje en apariencia anodino pero que resulta de lo más inquietante; el profesor de música señor Luscombe y su secreto…

Son muchos los personajes que conforman el entorno de York Street y muchas las situaciones extrañas que protagonizan. Los que no perdonan está dividido en cuatro partes: Orden, Interferencias, Destrucción y Caos, que resumen los hechos que van sucediéndose en la novela. Llama la atención el giro que se va produciendo en la trama y que lleva desde un inicio alegre y esperanzador al pesimismo de la segunda parte del libro.

Cory hace un retrato muy acertado de la sociedad victoriana en Los que no perdonan. La autora se muestra muy crítica con dicha sociedad, en su opinión hipócrita y enferma bajo la apariencia luminosa que desprende. La escritura destaca por una prosa muy cuidada y un lenguaje que refleja un amplio conocimiento de la época por parte de la autora.

Un último apunte. La atractiva portada de la edición de Nevsky, obra de Zuri Negrín, hace referencia a la reconocida serie de tarjetas de visita alteradas Visitorian de Cory, exhibidas en las galerías más importantes del Reino Unido, plagadas de animales antropomorfos como las dos que aparecen en la portada del libro, ataviadas en esta ocasión con vestuario victoriano.

Mi recomendación es clara: leed a Charlotte Cory, leed Los que no perdonan. Descubriréis un mundo que os atrapará, un trabajo de orfebrería con un buen número de piezas que a lo largo de las páginas del libro van encajando, una a una, hasta completar el puzle que la autora inglesa ha preparado para el lector.