Body horror: supurando maldad

Horror corporal en literatura

Su piel amarillenta apenas cubría la obra de músculos y arterias que quedaba debajo; el cabello era negro, suelto y abundante; los dientes tenían la blancura de la perla; pero estos detalles no hacían sino contrastar espantosamente con unos ojos aguanosos que parecían casi del mismo color que las órbitas blancuzcas que los alojaban, una piel apergaminada y unos labios estirados y negros. […] ¡Ah! No había mortal capaz de soportar el horror de aquel semblante. Una momia a la que dotaran nuevamente de animación no podría ser tan espantosa como aquel desdichado.

[Frankenstein, Mary Shelley]

El cuerpo, esa cáscara que se oxida con el tiempo, que todos perderemos cuando no seamos más que polvo. Es, sin embargo, nuestra cáscara, la que llevaremos toda la vida, nos guste o no, y por tanto cuando hablamos de literatura de terror no podemos dejarlo de lado. Hemos hablado de fantasmas, de lugares y de estados mentales. Tanto de lo que nos rodea, como de lo que está dentro de nuestras cabezas. Centrémonos hoy en lo material, en la carne que nos recubre, la sangre que nos recorre y la perversión de todo esto creando un terror corporal: un “Body horror”.

Pero el cuerpo, la cara, los ojos son el reflejo de quiénes somos, lo que presentamos al mundo y cómo nos perciben los demás. Es por ello que si nos convirtiéramos en otro ser, en un monstruo o algo que ya no nos representara físicamente es normal que nuestra forma de pensar, nuestra mente, también sería susceptible de cambiar. No hay más que pensar en la película La mosca de David Cronenberg, donde un joven Jeff Goldblum va transformándose en un ser abyecto hasta el punto de perder su personalidad. Es entonces cuando su compañera pierde toda esperanza, dándose cuenta de que su metamorfosis ya no tiene vuelta atrás.

Con el cambio llega la alienación, el sometimiento a un poder social, como La metamorfosis de Kafka o Rinocerontes de Ionesco, pero también puede ser el reflejo de nuestro abandono a la parte más oscura. Lo salvaje.

Preparaos pues para descubrir engendros, monstruos de feria, seres anfibioides y pulsiones desatadas. Hoy os traigo de nuevo tres libros de la literatura de terror española e hispanoamericana: Pulpa de Flor Canosa (editorial Horror Vacui), El dulce líquido de Alicia Sánchez (InLimbo editorial) y Sacrificios humanos de María Fernanda Ampuero (editorial Páginas de espuma).

El primero de los libros es una novelette y los otros dos son antologías de relatos. En ellos leeremos sobre siniestras transmutaciones, dismorfía corporal, búsqueda de los límites del cuerpo, seres repudiados, suicidas e incluso fraternidad entre seres considerados marginales. Quedaos aquí cerquita para destripar estos libros y sobre todo, no os miréis vosotros mismos al espejo, no sea que descubráis algo para lo que no estáis preparados.

Más allá del cuerpo

Ya lo dice Ramiro Sanchiz en su comentario sobre el libro “Pulpa es una novela viva, vibrante y jugosa, atravesada por nervios, vísceras y temblores, por orgasmos: porno o postporno duro, en la mejor tradición de J. G. Ballard y David Cronenberg”. Irma es una masoquista condenada a vivir en una sociedad distópica donde el dolor se ha prohibido. Desde pequeña empieza a sentir inclinación hacia cosas que tendrá que ir ocultando como pincharse, el dolor menstrual y la atracción por su propia sangre, que incluso llega a beber.

Cuando conoce a Lunes, de las altas esferas y sádico, se entrega a los placeres del cuerpo condenados por su sociedad. Se creen iguales y complementarios. Sin embargo, nada es tan puro como parece, su entrega no es mutua y observamos un juego de dominador dominado, una filosofía materialista, sin importar el tipo de sociedad, el poder es lo único que importa. Flor Canosa nos adentra en este ser palpitante que da vuelta al cuerpo y al libro y sus múltiples lecturas. Sentiréis algo al leerlo, de eso estoy segura.

Las espinas triangulares de la Santa Rita se metieron en mi carne apenas tomé el primer fragmento de tallo seco e intenté tironear hacia mí. Cada espina se encuentra a una distancia de diez centímetros entre sí. Aproximadamente.
Tres espinas en cada palma.
Seis tajos palpitantes.
La parte de adentro de mi cuerpo saliendo por primera vez y el fuego recorriendo mi sangre.

[Pulpa, Flor Canosa]

 

La alquimia de los cuerpos

En los relatos de Alicia Sánchez también encontramos un sin número de fluidos corporales que parecen obsesionar a ambas escritoras. Encerrados en un cuerpo orgánico, en movimiento y engrasado por sangre, leche, lágrimas y sudor. El dulce líquido nos trae relatos habitados por seres vengativos y hambrientos. Una chica maltratada por una enfermedad de la piel muta, hasta hacerse sapo. Una asesina cuyo apodo: viuda negra, le viene de maravilla. Una madre, una niña perfectamente monstruosa. Olor a carne quemada. Y una dulce leche que mana del cadáver de una madre cuyo hijo nunca verá.

En definitiva, seres aberrantes, pestilencia, repulsión, abandono y muerte. Estas mujeres son las heroínas de sus historias, las salvadoras, asesinas y las que dicen no. A pesar de ser el “sexo débil”, a pesar del histerismo, la depresión y el abuso. Son los monstruos de la venganza y habitan un cuerpo que les supera hasta dejarse ir.

La mujer tiene el cuerpo entumecido, mucho más que el día anterior. Los cardenales de los brazos y de las piernas han empezado a cambiar de tonalidad, de morado intenso a marrón claro. Mañana se volverán amarillentos. Y después desaparecerán. No es la primera vez. Su cuerpo siempre ha sido una constelación de morados, ronchas y laceraciones. Le basta con rozarse con alguna superficie rasposa para sufrir algún tipo de reacción cutánea, desde un leve enrojecimiento a la aparición de heridas supurantes. En ningún momento de su vida ha podido lucir una piel suave y luminosa. La suya siempre ha sido tosca e irregular, como si estuviera cubierta de una gruesa capa de escamas diminutas. Una piel de animal.

[El dulce líquido, Alicia Sánchez]

 

Arde monstruo

María Fernanda Ampuero escribe también sobre venganzas y miembros amputados, injusticias que piden un precio, reclamo social, víctimas y verdugos. Entre sus personajes encontramos por excelencia a mujeres rotas y hombres desesperados. Pero también hay un hueco para unos seres marginales con deformidades físicas y que a diferencia de los dos libros anteriores, en Sacrificios humanos, son víctimas que no acaban muy bien. Estos personajes ponen fin con la idea de que el horror exterior es sinónimo del interior.

En el relato Sanguijuelas, un pobre chico con una enfermedad mental es el hazmerreír de otros niños que solo se acercan a él porque sus madres los obligan. En el relato Freaks, un chico homosexual salva a un niño con la cabeza enorme de un circo, quizás porque le da pena, quizás porque piensa que su sufrimiento es homólogo al de él. Finales no muy alentadores para estos personajes. Otro relato imperdible sobre el horror corporal de esta autora es Subasta que se encuentra en su antología Pelea de gallos. Para Ampuero estos seres deformes son más bien deformados y repudiados por la sociedad, aunque no son lo que parecen.

Entrar en una de las carpas y ver por primera vez al cabezón. Arrugar la nariz del espanto de la mierda. cubrirse la boca con un pañuelo. Aguantar la náusea que sube de pescado sin digerir hasta el pecho y llena los ojos de lágrimas. Mirar el cabezón, mirarlo bien. Ser mirado por él. Preguntar qué le pasa a ese niño, por qué tienen a ese niño entre los chanchos y la porquería de los chanchos dónde están los padres de ese niño.

[Sacrificios humanos, María Fernanda Ampuero]

El Body horror habla, en definitiva, de la deformidad del cuerpo pero también de la mente. El temor a dejar de ser quienes somos o que nuestros seres queridos dejen de serlo, que se apague la luz de sus ojos y ya no podamos reconocerlos. Toda la zombificación y la licantropía también formaría parte de este tropo de literatura de terror, el cuerpo muta dando paso a su lado más feroz.

Nos vemos el mes próximo con otros textos y otras metáforas en este vasto espacio que es el de la literatura de terror española e hispanoamericana.

Si quieres ver u oír las entrevistas a algunos de estos autores u otros puedes encontrarlas en el programa A grito Pelao en Ivoox y YouTube o seguirme en Instagram donde hacemos las entrevistas en directo.