Año: 2009
Editorial: Edicions de ponent
Género: Cómic
Valoración: Recomendable
Esta entrada está dedicada a aquellos que piensen que en este blog sólo consideramos literatura a los libros editados a la antigua usanza. Hoy, por ejemplo traigo un cómic, al igual que el próximo día tengo planeado traer otra cosa rara (sorpresa). Pero lo que sí que quiero dejar claro desde el principio es que en Libros Prohibidos no usamos el término posturista novela gráfica. Los motivos son simples: pensamos que el cómic tiene suficiente enjundia en sí mismo como para necesitar formar parte de otro género; creemos que esto de la novela gráfica sólo es un invento para venderle cómics a gente, en un principio, reacia a leerlos por ser cosa de niños; y finalmente porque un cómic es un cómic, y una novela es una novela, son dos cosas bien distintas: nadie llama (de momento) cómic escrito a las novelas. Creo que ya ha quedado clara nuestra postura; mejor cambiar de tema para no dar ideas.
El arte de volar, tuvo una gran acogida por parte de la crítica y los entendidos del sector que, tal vez demasiado influenciados con el auge de aquello de la memoria histórica (otro término primo hermano de novela gráfica), no dudaron en premiarla en repetidas ocasiones, incluso con el Premio Nacional de Cómic (2010). Estamos, por lo tanto, ante una de las obras cumbre del cómic de este país.
Pero, ¿qué hace tan peculiar a El arte de volar? Muy seguramente se trate de su argumento, que no es otro que la vida de Antonio Altarriba, padre de uno de los autores de la obra (el guionista). Basado en unas cuartillas que Antonio dejó escritas tras su muerte, el cómic relata la vida de este hombre desde sus orígenes labriegos en un pueblo de Zaragoza, hasta su suicidio en 2001, ya con 90 años. Pero esto por sí solo no serviría para darle interés a la historia que se cuenta en sus 207 páginas. Antonio combatió en el bando republicano en la Guerra Civil, luego tuvo que huir a Francia, donde también luchó (como otros muchos españoles) en la Segunda Guerra Mundial contra los nazis. Tras tanto combate, y sintiéndose desnaturalizado y decepcionado por la caída de los ideales en sus antiguos compañeros de filas, decide volver a España. Allí la situación no es mejor: los vencedores imponen su ley entre los restos de un miserable país de misa diaria y corrupción galopante.
El retrato que El arte de volar hace de la sociedad española anterior y posterior a la Guerra Civil, es único. Fresco, crudo, descarado, trata el difícil día a día en este país durante muchas décadas, y lo hace con despreocupación, incluso con ese aire de cierto pitorreo y ¡qué más da! con el que muchas veces nos tomamos las cosas los españoles (sobre todo las más importantes)
Por otra parte, están los dibujos de Kim que, a mí personalmente, no me entusiasman. Aunque sí que tengo que admitir que viendo el cariz burlón y tragicómico del personaje principal (y del resto del país), no me imagino la narración sin los dibujos de este reconocido artista catalán. Es capaz de imprimirles a sus trazos la solemnidad, y al mismo tiempo, la cutrez que la Historia de España en el siglo XX requiere.
Como conclusión, nos encontramos en El arte de volar con una narración real, cargada de Historia que, aunque triste, bien merece ser recordada. Amante del cómic o no, aquí hay un título por descubrir.