Lucía Baskaran: Partir

Año: 2016
Editorial: Expediciones Polares
Género: Novela
Valoración: Muy recomendable

Lo que necesitáis saber es esto: Victoria se va a Madrid y se hace mayor. A partir de esta simple premisa se desarrolla toda esta novela (finalista del premio Herralde 2015) que sorprende, y mucho, para muy bien. Lucía Baskaran, muy directa, muy en el centro de las cosas, consigue que pese a no ser una novela ligera ni superficial, Partir se devore, se lea en un momento de lo rápido que van las cosas (capítulos cortos que se van meciendo entre distintos tiempos y además una narrativa que definiría como punzante). Se vende por ahí como novela generacional y tampoco tanto, pienso que puede encajar en la mente de cualquiera que le quiera echar un ojo. Pero donde generacional no es, feminista sí, y bastante. No en sentido formativo, pero el descubrimiento personal de Victoria siempre viene dado de mano de un feminismo incipiente. La propia autora se declara feminista radical, y se ve en el texto, está ahí: en los temas, en las formas, en la pérdida de tapujos. De todas formas, no considero tampoco que una persona que no se considere feminista (¿?) vaya a tener problemas entendiendo aspectos del libro, así que no tengáis miedo.

En general y sin parecerse en trama recuerda un poco a Caitlin Moran en Cómo ser mujer (obra que aprovecho para recomendaros de forma paralela, porque es gloriosa). Ambas autoras comparten un tono desenfadado a la hora de narrar tanto anécdotas como desgracias, y poseen la facultad de no tener pelos en la lengua. Baskaran lo cuenta todo, lo bueno, lo feo y lo malo, con una naturalidad feroz y maravillosa. No hay medias tintas en Partir. Y siendo como es una novela de crecimiento, presenta los problemas de una forma especial: sin rodearlos, los aborda desde un sentido del humor un tanto descarnado (a lo mejor es esto lo que se considera generacional, lo que puede chocar a algunas personas), como muy abrupto, muy brusco. A mí me encanta. En la presentación del libro, alguien preguntó: «¿Por qué Partir?». La autora respondió que la historia habla de cómo Victoria parte pero también se parte, y me parece una excelente definición. No me la podía quitar de la cabeza durante la lectura.

El hecho es que la historia que narra Partir es, a grandes rasgos, la historia de todos. Cuando leemos una novela de crecimiento o nos cuentan la historia de alguien que se hace un poco mayor, nos están contando nuestra historia. Y es difícil que una historia así, narrada de esta forma tan personal, amarga y socarrona, no llegue al lector. Porque al final todo lo que se nos cuenta de Victoria, de Victoria descubriéndose a sí misma, de Victoria no entendiendo nada y demás es algo que nos suena muy cercano. Resultan un poco locas las comparaciones con Sylvia Plath (y la pedantería de la sinopsis lleva a creer que el libro será una movida intelectualoide de twitter), pienso, pero el hecho es que pese a ser una historia contada una y mil veces triunfa de nuevo en manos de Baskaran. Aunque solo sea por la pura identificación que se siente con la protagonista (que no lo creo porque, como os he dicho, me parece que está muy bien escrita). La única pega que puedo y quiero ponerle es que sabe a poco. Una se queda con ganas de saber más de esta historia.

En suma: me parece una muy buena obra, muy recomendable, con mucha fuerza y no tan generacional como se comenta. Recuperamos la trama del conocido como Bildungsroman, contado de forma real, cercana y divertida. Merece mucho la pena y os recomiendo que os hagáis con ella para disfrutar de un rato genial con esta autora que, sinceramente, espero que vuelva a publicar pronto.

Hazte con un ejemplar de Partir haciendo click aquí.