Alambre de letras — VVAA

Título completo: Alambre de letras. Catorce relatos pulp ilustrados, inspirados en la Gran Guerra
Año: 2014
Editorial: Neonauta ediciones
Género: Relatos
Valoración: Recomendable

Hacemos un breve alto en el mes Delibes para reseñar una de las novedades que ha llegado a nuestra redacción: Alambre de letras.

Juzgar un libro por su portada es un error muy común, tanto que en ello se basa buena parte de la industria editorial. Digo esto porque al entrar en una librería, con los libros de las principales editoriales colocados en los lugares más prominentes, mostrando sus, casi siempre, geniales portadas y diseños, uno se siente tentado de ir a por ellos. Así funciona. Es entonces cuando doy con un libro como Alambre de letras, de una editorial independiente, pero cuyo diseño está muchos escalones por encima de la media, que es de varios cuentos de distintos autores, que trata sobre la Primera Guerra Mundial pero con un toque sci-fi… En resumen, una lectura arriesgada pero que me llama. Entonces vuelvo a mirar su portada amarilla y me digo: voy a por él. Así funciono.

Como ya he comentado, Alambre de letras es una recopilación de relatos de varios autores, jóvenes y no tanto, que trata sobre la Primera Guerra Mundial al cumplirse cien años de su inicio. Pero no es un libro que se haya detenido en la mera novela histórica, ya que lo único real es el medio y el contexto. Las historias pertenecen al género de la ciencia ficción, el terror, o incluso la fantasía, donde podemos encontrar subgéneros como robots, zombies, viajes en el tiempo, viajes espaciales, e incluso steampunk. Bueno, en realidad, la estética steampunk está presente en casi todos los relatos, lo que no desmerece el valor histórico de los mismos.

alambre-letras-Libros-ProhibidosPor otra parte, y aunque por estos lares no solamos darle mayor importancia, el diseño está más que conseguido. Tanto el tamaño, como su forma, su maquetación con el texto dividido en dos en cada página, y el aire pulp que lo impregna de principio a fin, hacen de esta obra, y como ya comenté antes, una pieza estéticamente por encima de la media. No es lo nuestro, pero oye, a nadie le amarga un dulce.

Vamos a los textos. Como sería demasiado engorroso hacer una valoración de los relatos uno por uno, y también un sindiós valorarlos a todos de la misma forma, vamos a hacer aquí una mezcla, a ver qué sale. Lo primero que salta a la vista mientras se va avanzando por sus 110 páginas, es la diferencia que hay entre los cuentos. Esto se debe a que son 14 autores, uno por cada relato, cada uno con su estilo propio y su forma de narrar. De cualquier modo, general y cualitativamente hablando, hay al menos seis de ellos que resultan bastante flojitos, que se quedan en nada en comparación con otros tantos que sí que son de gran calidad. En este sentido, yo he echado de menos el orden de las canciones en los discos, donde se suele empezar por los temazos que más posibilidades tienen de gustar, y se dejan las canciones de menos relevancia para el final (donde sólo acuden los más fans). Es sólo una idea.

Pero sería injusto hablar de Alambre de letras sin mencionar los mejores relatos, algunos de ellos capaces de dejar al lector pegado, doblado y atontado en su sofá/banco de parque/asiento del metro/silla de biblioteca. No se pierdan «El lobo de invierno», «M,mon kleine envious любовь infeliz» (sí, ese es el nombre, no es que se me haya estropeado el teclado), «Hombres vacíos», «Puro artificio» y, sobre todo, «El gas de la muerte» y «La evaluación», obras geniales y de gran valor por sí mismas.

La suma de todos estos factores da lugar a un libro vistoso, entretenido, que entra bien y que se lee en menos de lo que uno se espera. Se lo recomiendo: su mesita de noche lucirá mejor.