Armado de impaciencia 一 Antonio Heras

Año: 2014
Editorial: Luhu
Género: Relatos
Valoración: Está bien

Sigue el verano y, aunque no lo parezca, yo también estoy de vacaciones, solo que os hablo desde un momento indefinido del pasado gracias a esa herramienta llamada programar que, a diferencia de los smartphones, es un invento maravilloso. Tras esta misteriosa y, por qué no, apasionante entradilla, os dejo con la reseña de Armado de impaciencia, libro de relatos que nos pasó su autor.

No me gusta utilizar en este espacio las sinopsis que realizan las editoriales para «vender» sus propios libros, pero, ya que se trata de un libro de relatos, y esta en concreto me parece muy acertada, la voy a copiar/pegar con gusto: «Es un conjunto de historias en las que los protagonistas son vapuleados por el azar, el destino, el hombre al que aman o sus propios deseos ocultos, imperiosos, ávidos de manifestarse. En unos casos el humor es su salvavidas en mitad del caos; en otros, el sexo y la violencia. A veces, sin embargo, nadie quiere ser salvado.»

Armado de impaciencia está compuesto de once relatos que son a un mismo tiempo muy parecidos y totalmente distintos entre sí. Voy a explicarme un poco mejor. Les diferencia la extensión, bastante desigual entre unos y otros; el estilo de narración, que cambia a propósito dependiendo de la historia; el tono, que igualmente varía cuando pretende resultar simpático (la mayoría de las veces), misterioso, introspectivo, o incluso asqueroso. Les hace parecidos la insistencia del uso de la primera persona y, cuando narra en tercera persona, la tendencia al punto de vista del protagonista; las relaciones sentimentales (y en mayor o menor medida: el sexo) como motor que impulsa las acciones de los personajes; los nombres de los protagonistas , que, aunque la historia cambie, suelen coincidir (Bruno y David); el gusto por manosear sin cuidado los tabús más escabrosos (necrofilia, incesto, pedofilia…).

Pese a este juego de diferencias y similitudes, Armado de impaciencia es un libro correctamente escrito, que no derrocha virtuosismo pero que sí denota el firme propósito de su autor por mimar cada párrafo (aunque también es verdad que no siempre lo consigue). Con respecto al estilo, da la sensación de que la escritura de los diferentes relatos ha sido muy espaciada en el tiempo ya que hay cambios de registro notables que, en mi opinión, dan mayor riqueza al global. Sin duda, los relatos donde se ve más suelto a Antonio Heras es en los que contienen narraciones más caóticas, cuando introduce al lector en la cabeza del protagonista con sus idas y venidas (sobre todo en el relato David).

El problema (siempre, queridos amigos, hay un problema) es que creo que Armado de impaciencia está demasiado enfocado a un tipo de lector en concreto. Desde su imagen de portada, su título, hasta prácticamente todos los relatos, este libro está destinado a su consumo por un público gay. Esto, en principio, no tiene que ser ni bueno ni malo, pero sí es verdad que las mejores obras tienen la capacidad de ser reconocidas por cualquier tipo de persona en cualquier momento y circunstancia (que luego la mayoría no las reconozca es otra historia). Un ejemplo de un libro que sí puede gustar por igual a todos los públicos a pesar de su temática queer podría ser El mar llegaba hasta aquí.

Este es el motivo por el que no puedo darle una valoración superior a este libro. De cualquier modo, animo a probar Armado e impaciencia, una selección de relatos capaz de sacar tanto una carcajada, como un repelús, como también, por qué no, una lagrimilla.